26/02/2020, 13:01
— No hace falta, ya aprovechare mañana todo lo que pueda
Hana miró de reojo a Ren, esperando que no fuese a hacerla madrugar únicamente para bañarse. No es que la rubia fuese perezosa pero prefería dormir todo lo que fuera posible.
La amejin se sentó en una mesa, aparentemente aleatoria, y Hana se sentó enfrente de ella sin pensarselo dos veces. Entonces, la tripa de Ren gruñó y la pobre muchacha, ruborizada, se disculpó.
—N-No esperaba tener tanta hambre la verdad...
— No te preocupes, pide lo que quieras. Y no tienes que excusarte, te pones muy adorable cuando te ruborizas, con eso me contento. — le soltó Hana con una sonrisa, apoyando los codos en la mesa y sus manos en las mejillas para mirar fijamente a la morena.
— Buenas noches, señoritas. ¿Qué os sirvo? — preguntó el hombre que acababa de aparecer a tomarles nota.
— Yo tomaré un miso ramen. — pidió la uzujin sin apartar la mirada de la morena.
Tras apuntar en la pequeña libreta que portaba el pedido, se giró a Ren, esperando que ella también pidiese.
Hana miró de reojo a Ren, esperando que no fuese a hacerla madrugar únicamente para bañarse. No es que la rubia fuese perezosa pero prefería dormir todo lo que fuera posible.
La amejin se sentó en una mesa, aparentemente aleatoria, y Hana se sentó enfrente de ella sin pensarselo dos veces. Entonces, la tripa de Ren gruñó y la pobre muchacha, ruborizada, se disculpó.
—N-No esperaba tener tanta hambre la verdad...
— No te preocupes, pide lo que quieras. Y no tienes que excusarte, te pones muy adorable cuando te ruborizas, con eso me contento. — le soltó Hana con una sonrisa, apoyando los codos en la mesa y sus manos en las mejillas para mirar fijamente a la morena.
— Buenas noches, señoritas. ¿Qué os sirvo? — preguntó el hombre que acababa de aparecer a tomarles nota.
— Yo tomaré un miso ramen. — pidió la uzujin sin apartar la mirada de la morena.
Tras apuntar en la pequeña libreta que portaba el pedido, se giró a Ren, esperando que ella también pidiese.