26/02/2020, 21:41
No parecía del todo enfadado, pero el amejin entendía sus quejas. Simplemente esperó a que terminara de hablar, tanto él como su compañera. La pereza, algo que con los años se quitaba, pero un gran fallo de los jóvenes shinobi. Algunos le tachaban de amargado por no dormir lo suficiente o madrugar a diario, pero era su forma de vida y no podía entender a quienes dormían hasta altas horas de la mañana o a quienes les costaba despertar.... ¿Que veían ahí sino una pérdida total del tiempo?
-En realidad llevo aquí desde antes de que llegara usted, sensei, pero no he querido venir hasta que no estuviéramos todos, me resulta muy incómodo permanecer al lado de una persona sin tener tema de conversación -Dijo en un tono frío y argumentando sus razones correctamente -Y aunque a mi forma de ver no debo pedir disculpas, sin embargo, entiendo que socialmente es lo que debo hacer así que... Disculpe mi tardanza -Terminó por decir, pareciendo que le costaba decir aquellas cosas.
Su tono denotaba que era alguien que en ocasiones no podía entender a las personas y a sus leyes sociales, un inadaptado. Era bien sabido por los genin de la aldea y conocidos del pelinegro que era un tipo raro y en ocasiones tildado de frío y repelente, pero a él no le importaba, no necesitaba a demasiada gente a su alrededor para sentirse bien. Mejor solo que mal acompañado. aunque quizás para él la mala compañía era prácticamente cualquiera que no se hubiera ganado su respeto. Al menos Himura lo había hecho en Yachi, ahora faltaba que aquel perezoso chuunin les demostrara que era una gran persona, entonces comenzaría a confiar en él.
-En realidad llevo aquí desde antes de que llegara usted, sensei, pero no he querido venir hasta que no estuviéramos todos, me resulta muy incómodo permanecer al lado de una persona sin tener tema de conversación -Dijo en un tono frío y argumentando sus razones correctamente -Y aunque a mi forma de ver no debo pedir disculpas, sin embargo, entiendo que socialmente es lo que debo hacer así que... Disculpe mi tardanza -Terminó por decir, pareciendo que le costaba decir aquellas cosas.
Su tono denotaba que era alguien que en ocasiones no podía entender a las personas y a sus leyes sociales, un inadaptado. Era bien sabido por los genin de la aldea y conocidos del pelinegro que era un tipo raro y en ocasiones tildado de frío y repelente, pero a él no le importaba, no necesitaba a demasiada gente a su alrededor para sentirse bien. Mejor solo que mal acompañado. aunque quizás para él la mala compañía era prácticamente cualquiera que no se hubiera ganado su respeto. Al menos Himura lo había hecho en Yachi, ahora faltaba que aquel perezoso chuunin les demostrara que era una gran persona, entonces comenzaría a confiar en él.