4/03/2020, 17:21
Con tan solo las aletas de la cola asomando en la boca de Ren, esta se acercó a Hana para pasarle los dedos por la comisura de los labios, quitándole los restos de fresa; era un gesto de lo más inocente, ella solo quería ese sabor dulzón, podría habérselo señalado pero entonces hubiera perdido más para ella. Después, se lamió la fresa de los dedos, dirigiendo su mirada de vuelta a Hana.
—Hey, mira eso — dijo señalando a una cabaña de juegos, mientras se acercaban.
Se trataba de una pequeña caseta en la que había una gran diana en el centro; el juego consistía en lanzar varios shurikens con velcro en los extremos para quedar pegados en la tela de la diana. Multitud de premios adornaban aquel lugar, juguetes que se romperían con facilidad, algunas pelotas, varias serpientes de tela realmente largas, en una esquina, de forma muy llamativa; un oso panda de peluche enorme de casi dos metros de alto.
—Hey, mira eso — dijo señalando a una cabaña de juegos, mientras se acercaban.
Se trataba de una pequeña caseta en la que había una gran diana en el centro; el juego consistía en lanzar varios shurikens con velcro en los extremos para quedar pegados en la tela de la diana. Multitud de premios adornaban aquel lugar, juguetes que se romperían con facilidad, algunas pelotas, varias serpientes de tela realmente largas, en una esquina, de forma muy llamativa; un oso panda de peluche enorme de casi dos metros de alto.