4/03/2020, 23:46
(Última modificación: 4/03/2020, 23:46 por Himura Ren.)
Alzó su mano hacia atras, arqueandola suavemente; no tenia ni la más remota idea de como debía hacerlo; peso, giro en el aire, la fuerza y el angulo con el que debía lanzarlo, con un shuriken normal más o menos era capaz de defenderse. Pero se trataba de algo de un suave trozo de tela, alguien con una capacidad superior seguro que le sería extremadamente sencillo después de lanzar uno o dos; pero para ella no sería el caso.
Con duda, hizo lanzó el primero, y quedo pegado a una franja sobre la que ponía 30 en un lateral. La puntuación más alta eran 50, justo en un centro de color rojo intenso, y de diez en diez se iba abriendo hasta el exterior. Pensó que por lo menos no era tan bajo como podría haber sido la inicial, así que cogió el segundo con algo más de confianza. Al chocar contra el velcro, este cayó ligeramente pero consiguió quedarse pegado en el límite del diez. Y finalmente, de perdidos al rió, lanzo el tercero que chocó y cayo al suelo sin alcanzar ningún punto.
Ren se quedó mirando como caía al suelo, como si aquel trozo de tela se riera de ella y le dedico la misma mirada que al oso momentos antes. ¿Tal vez debería practicar algo más sus lanzamientos? No, estaba trucado eso era obvio, ella no era una eminencia lanzando shurikens, pero tampoco era tan mala... ¿O sí?
— ¡Oh menuda pena! ¡Pero has conseguido un total de 40 puntos! — se levantó de un pequeño taburete sobre el que estaba apoyado, y de debajo una manta saco una pequeña caja; en ella había diversos llaveritos. Había todo tipo de animales, y alguna que otra cosa. — Podéis coger los dos que más os gusten.
Ren fue muy básica, y muy en su línea; vio un pequeño llavero que era una katana envainada en una carcasa negra y ni sé lo pensó dos veces. Incluso lo cogió algo avergonzada porque sabía que Hana le diría algo.
Con duda, hizo lanzó el primero, y quedo pegado a una franja sobre la que ponía 30 en un lateral. La puntuación más alta eran 50, justo en un centro de color rojo intenso, y de diez en diez se iba abriendo hasta el exterior. Pensó que por lo menos no era tan bajo como podría haber sido la inicial, así que cogió el segundo con algo más de confianza. Al chocar contra el velcro, este cayó ligeramente pero consiguió quedarse pegado en el límite del diez. Y finalmente, de perdidos al rió, lanzo el tercero que chocó y cayo al suelo sin alcanzar ningún punto.
Ren se quedó mirando como caía al suelo, como si aquel trozo de tela se riera de ella y le dedico la misma mirada que al oso momentos antes. ¿Tal vez debería practicar algo más sus lanzamientos? No, estaba trucado eso era obvio, ella no era una eminencia lanzando shurikens, pero tampoco era tan mala... ¿O sí?
— ¡Oh menuda pena! ¡Pero has conseguido un total de 40 puntos! — se levantó de un pequeño taburete sobre el que estaba apoyado, y de debajo una manta saco una pequeña caja; en ella había diversos llaveritos. Había todo tipo de animales, y alguna que otra cosa. — Podéis coger los dos que más os gusten.
Ren fue muy básica, y muy en su línea; vio un pequeño llavero que era una katana envainada en una carcasa negra y ni sé lo pensó dos veces. Incluso lo cogió algo avergonzada porque sabía que Hana le diría algo.