5/03/2020, 23:58
(Última modificación: 6/03/2020, 00:00 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—Pues… —comenzó a responder Datsue.
Pero antes de que pudiera siquiera comenzar, una irritante voz aguda reventó los tímpanos de Ayame.
—¡Pues que ya no tengo grilletes, HIJOS DE PUTA! ¡JAAAAAAAAAAJIAJIAJIAJIAJIA!
—¿Shu...? ¿Shukaku? —preguntaron Ayame y Kokuō al unísono.
—¡Ay, me cago en todos los dioses, pero por qué gritas! —protestó Daruu junto a ella.
¡Entonces era cierto! ¡No sólo había tomado una decisión, sino que la había llevado a cabo sin haberles dicho ni una sola palabra al respecto! ¡Uchiha Datsue había liberado a su propio bijū de sus grilletes! Ayame suspiró aliviada, con una suave sonrisa. Al menos no parecía haberle ocurrido nada en el proceso.
«Lo ha hecho... De verdad. El Uchiha lo ha hecho.» Resonó la atónita voz de Kokuō en su cabeza. Desde luego parecía que lo mínimo que se esperaba era que otro humano liberara a su bijū como lo había hecho Ayame con ella.
—Oh, cuánto nos divertiremos en nuestro próximo encuentro —habló el Ichibi.
—Eh... —Ayame sintió un desagradable escalofrío al escucharlo. ¿A qué demonios se estaba refiriendo con aquello? ¿Qué podía tener en mente alguien como Shukaku? Por lo que le habían contado, nada bueno, seguro.
—Ante todo, quiero daros las gracias.
Ayame sonrió.
—Oh, no hay d...
—Antes me arrancaría la cola a dejar que otro sucio fūinjutsu ajeno tocase mi piel, pero al menos me otorgasteis diversión mientras duraba mi cautiverio. ¡Esas riñas, esas disputas que os traíais! ¡Ese pitillo en forma de agua! ¡Ese katon sellado! ¡Ese henge para Yui! Ah, ¿y os acordáis de cómo Datsue prometió a Daruu hacer las paces con Ayame para luego no dejar de provocarla en el examen shinobi? ¡JAAAAAÁ! ¡Qué acabó con una bijūdama! ¡Qué buenos días me hicisteis pasar, joder!
La sonrisa desapareció de los labios de Ayame tan pronto como había aparecido. Ahora, simplemente, escuchaba en silencio con el rostro sombrío cuando Shukaku le recordó todo por lo que le había hecho pasar el Uchiha y cómo se cachondeaba de ello.
—¡JIA JIA JIA JIA!
—Jia, jia, jia —le imitó Daruu, con una mueca de fastidio—. Qué bien te lo pasas, ¿eh? Lástima que ahora seamos amigos. ¡No estropees eso!
—Sí, sí... todo muy divertido. Ja, ja, ja, me parto y me mondo —Ayame suspiró, hastiada—. Pero me alegro mucho por ambos. De verdad —Ayame volvió a sonreír. Y tras una breve pausa pensativa añadió un último mensaje—. Datsue, la próxima vez nos veamos tendré algo para ti.
Pero antes de que pudiera siquiera comenzar, una irritante voz aguda reventó los tímpanos de Ayame.
—¡Pues que ya no tengo grilletes, HIJOS DE PUTA! ¡JAAAAAAAAAAJIAJIAJIAJIAJIA!
—¿Shu...? ¿Shukaku? —preguntaron Ayame y Kokuō al unísono.
—¡Ay, me cago en todos los dioses, pero por qué gritas! —protestó Daruu junto a ella.
¡Entonces era cierto! ¡No sólo había tomado una decisión, sino que la había llevado a cabo sin haberles dicho ni una sola palabra al respecto! ¡Uchiha Datsue había liberado a su propio bijū de sus grilletes! Ayame suspiró aliviada, con una suave sonrisa. Al menos no parecía haberle ocurrido nada en el proceso.
«Lo ha hecho... De verdad. El Uchiha lo ha hecho.» Resonó la atónita voz de Kokuō en su cabeza. Desde luego parecía que lo mínimo que se esperaba era que otro humano liberara a su bijū como lo había hecho Ayame con ella.
—Oh, cuánto nos divertiremos en nuestro próximo encuentro —habló el Ichibi.
—Eh... —Ayame sintió un desagradable escalofrío al escucharlo. ¿A qué demonios se estaba refiriendo con aquello? ¿Qué podía tener en mente alguien como Shukaku? Por lo que le habían contado, nada bueno, seguro.
—Ante todo, quiero daros las gracias.
Ayame sonrió.
—Oh, no hay d...
—Antes me arrancaría la cola a dejar que otro sucio fūinjutsu ajeno tocase mi piel, pero al menos me otorgasteis diversión mientras duraba mi cautiverio. ¡Esas riñas, esas disputas que os traíais! ¡Ese pitillo en forma de agua! ¡Ese katon sellado! ¡Ese henge para Yui! Ah, ¿y os acordáis de cómo Datsue prometió a Daruu hacer las paces con Ayame para luego no dejar de provocarla en el examen shinobi? ¡JAAAAAÁ! ¡Qué acabó con una bijūdama! ¡Qué buenos días me hicisteis pasar, joder!
La sonrisa desapareció de los labios de Ayame tan pronto como había aparecido. Ahora, simplemente, escuchaba en silencio con el rostro sombrío cuando Shukaku le recordó todo por lo que le había hecho pasar el Uchiha y cómo se cachondeaba de ello.
—¡JIA JIA JIA JIA!
—Jia, jia, jia —le imitó Daruu, con una mueca de fastidio—. Qué bien te lo pasas, ¿eh? Lástima que ahora seamos amigos. ¡No estropees eso!
—Sí, sí... todo muy divertido. Ja, ja, ja, me parto y me mondo —Ayame suspiró, hastiada—. Pero me alegro mucho por ambos. De verdad —Ayame volvió a sonreír. Y tras una breve pausa pensativa añadió un último mensaje—. Datsue, la próxima vez nos veamos tendré algo para ti.