6/03/2020, 18:49
—Mi color favorito es el rojo. Seguramente esté condicionada por mi clan, pero bueno... Mi comida favorita es los fideos cocidos con caldo de pollo, el sabor de helado que suelo tomar es el de tarta de queso, me gusta el invierno, los pingüinos... Y mi manga favorito es Paseo de otoño rojo.
»¿Y tú?
— Oh, a mi también me gusta el rojo, pero en general me gustan los colores calidos. El naranja claro sería mi más favorito, igual algún día me tiño el pelo de naranja. Mi comida favorita es... complicada, no podría elegir ninguna en concreto, aunque los dulces de chocolate me vuelven loca, pero como cualquier cosa dulzona. En cuanto a estaciones prefiero la primavera o el otoño, que haga un tiempo normalito, ni muy frio ni muy caliente. Aunque si tengo que elegir entre verano o invierno, me quedo con verano, no puedo con el frio. — hizo un pequeño paron, llevándose un dedo al mentón pensando en qué le faltaba. — Ah, sí, el sabor de helado, chocolate, últimamente le estoy dando un pensamiento al chocolate con menta, el frescor de la menta me recuerda a la lluvia y la lluvia...
Se detuvo a sí misma ahí. "Y la lluvia ¿qué?" ¿En qué pensaba cuando se comía esos helados? Tragó saliva, lo de Ren empezaba a preocuparla. No podía ser normal que siempre apareciese en sus pensamientos, que sintiese una opresión en el pecho cada vez que pensaba que no la vería hasta Kami-sama sepa cuando. Negó con la cabeza, intentando echar a la morena de su cabeza.
— Eh, los pingüinos también y Tu mentira en Ascua — resumió rápidamente.
Sintió algo de calor en las mejillas, fruto de sus pensamientos e intentó atajarlo como pudo. Por suerte, acababan de entrar en el Jardín y el ambiente empezaba a animarse a su alrededor. Ya había varias manadas de niños revoloteando por los monticulos de cesped que había entre cerezos, gritandose y jugueteando embutidos en yukatas y kimonos, como todo buen uzujin vestiría aquel día.
Los puestos de juegos parecían llevar abiertos ya un rato, mientras que los de comida empezaban a calentar sus variados instrumentos para preparar su producto. Entonces a Hana le asaltó la más dudosa de las dudas. Podían coger algo de comer y ser las primeras y coger la comida fresca o recien hecha, o podían probar con los puestos de juegos ahora que no había gente.
— ¿Quieres comer algo ya, seguir dando un paseo o probar algún puesto de juego? — preguntó la rubia ojeando todos los puestos que iban apareciendo, sin saber muy bien en cual pararse.
»¿Y tú?
— Oh, a mi también me gusta el rojo, pero en general me gustan los colores calidos. El naranja claro sería mi más favorito, igual algún día me tiño el pelo de naranja. Mi comida favorita es... complicada, no podría elegir ninguna en concreto, aunque los dulces de chocolate me vuelven loca, pero como cualquier cosa dulzona. En cuanto a estaciones prefiero la primavera o el otoño, que haga un tiempo normalito, ni muy frio ni muy caliente. Aunque si tengo que elegir entre verano o invierno, me quedo con verano, no puedo con el frio. — hizo un pequeño paron, llevándose un dedo al mentón pensando en qué le faltaba. — Ah, sí, el sabor de helado, chocolate, últimamente le estoy dando un pensamiento al chocolate con menta, el frescor de la menta me recuerda a la lluvia y la lluvia...
Se detuvo a sí misma ahí. "Y la lluvia ¿qué?" ¿En qué pensaba cuando se comía esos helados? Tragó saliva, lo de Ren empezaba a preocuparla. No podía ser normal que siempre apareciese en sus pensamientos, que sintiese una opresión en el pecho cada vez que pensaba que no la vería hasta Kami-sama sepa cuando. Negó con la cabeza, intentando echar a la morena de su cabeza.
— Eh, los pingüinos también y Tu mentira en Ascua — resumió rápidamente.
Sintió algo de calor en las mejillas, fruto de sus pensamientos e intentó atajarlo como pudo. Por suerte, acababan de entrar en el Jardín y el ambiente empezaba a animarse a su alrededor. Ya había varias manadas de niños revoloteando por los monticulos de cesped que había entre cerezos, gritandose y jugueteando embutidos en yukatas y kimonos, como todo buen uzujin vestiría aquel día.
Los puestos de juegos parecían llevar abiertos ya un rato, mientras que los de comida empezaban a calentar sus variados instrumentos para preparar su producto. Entonces a Hana le asaltó la más dudosa de las dudas. Podían coger algo de comer y ser las primeras y coger la comida fresca o recien hecha, o podían probar con los puestos de juegos ahora que no había gente.
— ¿Quieres comer algo ya, seguir dando un paseo o probar algún puesto de juego? — preguntó la rubia ojeando todos los puestos que iban apareciendo, sin saber muy bien en cual pararse.