7/03/2020, 22:06
— No Hana. Nononononononononono D-Decias que no podías comportarte cuando te daba esos caprichos, que hacías lo imposible aunque tuvieras que cruzar la línea; pero te has comportado. Has aguantado, no pasa nada. Venga animate...
No, lo que había pasado antes no había sido cosa de su subconsciente. Ella, conscientemente, quería ese panda. Porque, aunque no lo dijese, estaba sola, estaba terrible e irremediablemente sola. Por eso viajaba tanto, para no estar en su casa, no hundirse en su soledad. Por muy dura que pareciese, que ella quisiese parecer, era una niña que había perdido a sus padres. Por primera vez, había sentido que había alguien en el mundo que quería estar a su lado. Ren. Y ese panda, ese panda hubiese sido una representación de su relación, un recordatorio de que estaba ahí fuera, de que no estaba sola.
Esta vez no había sido un deseo irracional hacia un objeto aleatorio por un trauma. Había sido una decisión consciente, un deseo latente en su corazón, que acababa de ser partido en mil pedazos. Abrazó a la morena con fuerza, le lloró en el hombro durante unos minutos, hasta que finalmente solo quedaron sollozos.
— R-Ren, el barreño. — quería asegurarse de que siguiese allí, porque era idiota, era estúpida e infantil y necesitaba esas tonterías.
No, lo que había pasado antes no había sido cosa de su subconsciente. Ella, conscientemente, quería ese panda. Porque, aunque no lo dijese, estaba sola, estaba terrible e irremediablemente sola. Por eso viajaba tanto, para no estar en su casa, no hundirse en su soledad. Por muy dura que pareciese, que ella quisiese parecer, era una niña que había perdido a sus padres. Por primera vez, había sentido que había alguien en el mundo que quería estar a su lado. Ren. Y ese panda, ese panda hubiese sido una representación de su relación, un recordatorio de que estaba ahí fuera, de que no estaba sola.
Esta vez no había sido un deseo irracional hacia un objeto aleatorio por un trauma. Había sido una decisión consciente, un deseo latente en su corazón, que acababa de ser partido en mil pedazos. Abrazó a la morena con fuerza, le lloró en el hombro durante unos minutos, hasta que finalmente solo quedaron sollozos.
— R-Ren, el barreño. — quería asegurarse de que siguiese allí, porque era idiota, era estúpida e infantil y necesitaba esas tonterías.