10/03/2020, 12:55
— ¡Primero soy un panda y ahora un monstruo de color oscuro! ¡Y me lo dice la princesa desvalida en el bosque de los colores pasteles!
No tardó en lanzarse a la cama a por la pobre e indefensa kunoichi de Uzu que solo pudo bloquear los golpes de almohada con sus brazos mientras se reía.
— Oh, no, es el monstruo de los almohadazos, socorrooo...
—Vamos a dormir por favor. Que me voy a quedar frita de pie a este ritmo.
— Lo dices como si fuese yo la que está pegandote a tí. A dormir.
Aprovechando la debilidad de la morena le arrebató la almohada, la puso en su sitio y levantó la sábana para meterse debajo.
Miró a Ren, somnolienta, con su camiseta más empalagosa, y era TAN adorable que Hana sentía que se le derretían las corneas. La idea de dormir abrazando una cosa tan mona le estaba provocando una subida de azúcar. Negó con la cabeza, no quería seguir dandole a Ren la sensación de que era una niña pequeña con su habitación pintada de rosa y llena de peluches.
"Mierda" pensó al recordar que su habitación estaba pintada de rosa y llena de peluches. Pero no había sido decisión suya, ¡había estado así desde que nació!
— Pu-pues eso, a dormir. — sentenció tras acomodar la cabeza en la almohada, mirando a la pared pero esperando a ver qué hacía Ren.
No tardó en lanzarse a la cama a por la pobre e indefensa kunoichi de Uzu que solo pudo bloquear los golpes de almohada con sus brazos mientras se reía.
— Oh, no, es el monstruo de los almohadazos, socorrooo...
—Vamos a dormir por favor. Que me voy a quedar frita de pie a este ritmo.
— Lo dices como si fuese yo la que está pegandote a tí. A dormir.
Aprovechando la debilidad de la morena le arrebató la almohada, la puso en su sitio y levantó la sábana para meterse debajo.
Miró a Ren, somnolienta, con su camiseta más empalagosa, y era TAN adorable que Hana sentía que se le derretían las corneas. La idea de dormir abrazando una cosa tan mona le estaba provocando una subida de azúcar. Negó con la cabeza, no quería seguir dandole a Ren la sensación de que era una niña pequeña con su habitación pintada de rosa y llena de peluches.
"Mierda" pensó al recordar que su habitación estaba pintada de rosa y llena de peluches. Pero no había sido decisión suya, ¡había estado así desde que nació!
— Pu-pues eso, a dormir. — sentenció tras acomodar la cabeza en la almohada, mirando a la pared pero esperando a ver qué hacía Ren.