14/03/2020, 12:57
—Ay mecachís...
Hana se había quedado absorta viendo la destreza de Eri, estaba a un nivel mucho más alto que el que tenía la rubia y, aún así, solo había conseguido sacar uno. Al final, todo se resumía en tener experiencia con el juego y una destreza sin parangón. Y la rubia no tenía ni la una ni la otra. Sin embargo, decidió darse una oportunidad, con confianza.
Acercó la red al agua y empezó a vigilar a los peces, alguno pasaría cerca de la superficie y esa sería su perdición. Justo cuando estaba pensando eso, uno se acercó, lo vio tarde, metió la red demasiado rápido y la sacó igual de rápido. Un desastre es el resumen más certero que se podía hacer de su actuación, estaba claro que había nacido para cantar y bailar, porque lo que era sacar peces...
Por suerte, el pez salió del agua, más por el impulso que le había dado la joven que porque lo hubiese pescado. Lanzó la raqueta a tomar por culo y cogió el pez con las manos, echándolo en el lateral del acuario. Miró a Eri, para saber si lo había visto, y después al encargado, que la miró con duda para finalmente asentir y señalarles los llaveros.
Con una sonrisa como si hubiese hecho algo heroico, se dirigió a la pelirroja.
— Elige dos, Eri-san. — solo eran llaveros de cosas ninja, shurikens, kunais, dagas, katanas y pergaminos, cada uno de un color.
Hana se había quedado absorta viendo la destreza de Eri, estaba a un nivel mucho más alto que el que tenía la rubia y, aún así, solo había conseguido sacar uno. Al final, todo se resumía en tener experiencia con el juego y una destreza sin parangón. Y la rubia no tenía ni la una ni la otra. Sin embargo, decidió darse una oportunidad, con confianza.
Acercó la red al agua y empezó a vigilar a los peces, alguno pasaría cerca de la superficie y esa sería su perdición. Justo cuando estaba pensando eso, uno se acercó, lo vio tarde, metió la red demasiado rápido y la sacó igual de rápido. Un desastre es el resumen más certero que se podía hacer de su actuación, estaba claro que había nacido para cantar y bailar, porque lo que era sacar peces...
Por suerte, el pez salió del agua, más por el impulso que le había dado la joven que porque lo hubiese pescado. Lanzó la raqueta a tomar por culo y cogió el pez con las manos, echándolo en el lateral del acuario. Miró a Eri, para saber si lo había visto, y después al encargado, que la miró con duda para finalmente asentir y señalarles los llaveros.
Con una sonrisa como si hubiese hecho algo heroico, se dirigió a la pelirroja.
— Elige dos, Eri-san. — solo eran llaveros de cosas ninja, shurikens, kunais, dagas, katanas y pergaminos, cada uno de un color.