14/03/2020, 16:32
—Vayamos. Espero que podamos coger un buen sitio para verlos.
Caminaron hasta uno de los espacios abiertos del centro del Jardín, aún no parecía que hubiese mucha aglomeración y pudieron sentarse en un pequeño banco de piedra bastante alejado del centro, por suerte, el cielo se veía desde todas partes y en ese pequeño espacio despejado, aún más.
Habían docenas de familias que habían echado una tela al suelo y se sentaban en plan picnic a comer mientras esperaban a los fuegos artificiales. De hecho, había una pareja joven al lado del banco haciendo exactamente eso.
— ¡Chicas! Coged, si quereis, que mi novio se ha pasado haciendo comida. — les ofreció una chica de negros cabellos dedicandole una mirada picara a su compañero de tela.
Encima de la tela había varios sandwiches así como comida de todo tipo, había pinchos de carne, de verduras, de dangos, incluso de pescado, había patatas también.
— Mi abuelo siempre decía que se conquista a una dama a través del estomago.
— Ya, pero tu abuelo seguramente no se refería a hacerlo por cantidad, sino por calidad. — la joven se rió ante el rostro molesto de su novio.
Finalmente, se acerco a él para darle un beso y hacer las paces, haciendo que Hana apartase la mirada. Al hacerlo, vio a dos chicos conocidos en la lejanía, a unos veinte metros de su banco, había otro banco, exactamente igual que el suyo. En aquel, cuatro personas estaban embutidas como buenamente podían, pues apenas caben tres personas ya apretadas.
Dos chicos, uno rubio y otro castaño, y dos chicas, ambas rubias y maquilladas hasta decir basta. Ichiro, que estaba sentado en un borde, miraba al infinito sin decir nada. Jiro, miraba de un lado a otro hasta que se encontró con la atenta mirada de Hana, entonces pasó a mirar al infinito con Ichiro. Las chicas hablaban entre ellas, riendose de forma exagerada y gesticulando de igual forma, no parecía ni que fuesen juntos. Sin embargo, la que estaba al lado de Jiro le iba preguntando de vez en cuando, solo para cambiar de tema antes de dejarle contestar.
Hana le dio un codazo a Eri, intentando disimular todo lo posible.
— Mira, son ellos. — no parecía que Jiro le hubiese dicho nada a Ichiro y ninguno de los dos miraba en su dirección, así que la rubia les señalaría disimuladamente para que la pelirroja fuese capaz de entenderla.
Que no pasaba nada por haberse ido con otras chicas, pero tampoco había que mentir. Si no querían estar con ellas, que lo hubiesen dicho.
Caminaron hasta uno de los espacios abiertos del centro del Jardín, aún no parecía que hubiese mucha aglomeración y pudieron sentarse en un pequeño banco de piedra bastante alejado del centro, por suerte, el cielo se veía desde todas partes y en ese pequeño espacio despejado, aún más.
Habían docenas de familias que habían echado una tela al suelo y se sentaban en plan picnic a comer mientras esperaban a los fuegos artificiales. De hecho, había una pareja joven al lado del banco haciendo exactamente eso.
— ¡Chicas! Coged, si quereis, que mi novio se ha pasado haciendo comida. — les ofreció una chica de negros cabellos dedicandole una mirada picara a su compañero de tela.
Encima de la tela había varios sandwiches así como comida de todo tipo, había pinchos de carne, de verduras, de dangos, incluso de pescado, había patatas también.
— Mi abuelo siempre decía que se conquista a una dama a través del estomago.
— Ya, pero tu abuelo seguramente no se refería a hacerlo por cantidad, sino por calidad. — la joven se rió ante el rostro molesto de su novio.
Finalmente, se acerco a él para darle un beso y hacer las paces, haciendo que Hana apartase la mirada. Al hacerlo, vio a dos chicos conocidos en la lejanía, a unos veinte metros de su banco, había otro banco, exactamente igual que el suyo. En aquel, cuatro personas estaban embutidas como buenamente podían, pues apenas caben tres personas ya apretadas.
Dos chicos, uno rubio y otro castaño, y dos chicas, ambas rubias y maquilladas hasta decir basta. Ichiro, que estaba sentado en un borde, miraba al infinito sin decir nada. Jiro, miraba de un lado a otro hasta que se encontró con la atenta mirada de Hana, entonces pasó a mirar al infinito con Ichiro. Las chicas hablaban entre ellas, riendose de forma exagerada y gesticulando de igual forma, no parecía ni que fuesen juntos. Sin embargo, la que estaba al lado de Jiro le iba preguntando de vez en cuando, solo para cambiar de tema antes de dejarle contestar.
Hana le dio un codazo a Eri, intentando disimular todo lo posible.
— Mira, son ellos. — no parecía que Jiro le hubiese dicho nada a Ichiro y ninguno de los dos miraba en su dirección, así que la rubia les señalaría disimuladamente para que la pelirroja fuese capaz de entenderla.
Que no pasaba nada por haberse ido con otras chicas, pero tampoco había que mentir. Si no querían estar con ellas, que lo hubiesen dicho.