14/03/2020, 18:25
Los labios de su padre se torcieron en una media sonrisa cargada de suficiencia. Ayame sabía que estaba alargando el tiempo a propósito, que se estaba regodeando en la ponzoña que estaba corroyendo su cuerpo desde dentro. Pero no se atrevía a actuar de forma directa. Aún no.
—¿Un delfín, eh? —le dijo entonces—. Pero... ¿podrás hacer frente a esto, niña?
El médico separó las piernas y estiró los brazos. Sus manos se entrelazaron a gran velocidad en una corta y familiar secuencia de sellos que culminó en una palmada. El agua se agitó de repente, como si un gigantesco monstruo se hubiese despertado de su letargo. La plataforma de cemento se resquebrajaba, el oleaje se encabritó de tal manera que Ayame vio sus pies despegarse del suelo momentáneamente y tuvo que acumular aún más chakra para sostenerse y no terminar atrapada entre las aguas. Para cuando alzó de nuevo la vista hacia su oponente, su rostro perdió todo color.
—C... ¿Cómo es posible?
Un colosal delfín blanco compuesto enteramente por agua, muy similar al que había invocado ella segundos atrás pero mucho más grande, la observaba con ojos vacíos. De un momento a otro, Ayame sintió una extraña congoja en el pecho que no supo a qué achacar: calidez, felicidad, tristeza... la nada. El titán se abalanzó sobre ella, dispuesto a aplastarla. ¿Pero cómo era posible? Ayame jamás había visto a su padre utilizar una técnica de Ninjutsu. Mucho menos de Suiton. Y aquello superaba con creces incluso su propio dominio sobre el elemento líquido. Los engranajes en su cabeza giraron a toda velocidad, y las piezas encajaron de golpe.
La técnica terminada en una palmada.
Tendría que arriesgarse. Aunque sabía que frente a él...
Carnero.
Era imposible.
—¡¡KAI!!
Pero no por ello iba a dejar que una ilusión la consumiera sin al menos luchar contra ella.
—¿Un delfín, eh? —le dijo entonces—. Pero... ¿podrás hacer frente a esto, niña?
El médico separó las piernas y estiró los brazos. Sus manos se entrelazaron a gran velocidad en una corta y familiar secuencia de sellos que culminó en una palmada. El agua se agitó de repente, como si un gigantesco monstruo se hubiese despertado de su letargo. La plataforma de cemento se resquebrajaba, el oleaje se encabritó de tal manera que Ayame vio sus pies despegarse del suelo momentáneamente y tuvo que acumular aún más chakra para sostenerse y no terminar atrapada entre las aguas. Para cuando alzó de nuevo la vista hacia su oponente, su rostro perdió todo color.
—C... ¿Cómo es posible?
Un colosal delfín blanco compuesto enteramente por agua, muy similar al que había invocado ella segundos atrás pero mucho más grande, la observaba con ojos vacíos. De un momento a otro, Ayame sintió una extraña congoja en el pecho que no supo a qué achacar: calidez, felicidad, tristeza... la nada. El titán se abalanzó sobre ella, dispuesto a aplastarla. ¿Pero cómo era posible? Ayame jamás había visto a su padre utilizar una técnica de Ninjutsu. Mucho menos de Suiton. Y aquello superaba con creces incluso su propio dominio sobre el elemento líquido. Los engranajes en su cabeza giraron a toda velocidad, y las piezas encajaron de golpe.
La técnica terminada en una palmada.
Tendría que arriesgarse. Aunque sabía que frente a él...
Carnero.
Era imposible.
—¡¡KAI!!
Pero no por ello iba a dejar que una ilusión la consumiera sin al menos luchar contra ella.

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)