14/03/2020, 21:54
—¡Hana-san, Sagisō-chan! ¿¡Están bien, necesitan ayuda!?
— Daigo-san. ¡Daigo-san! ¡Daigo-san, estamos por acá! ¡Daigo-san!
Hana siguió a Ranko de cerca, no quería insistir, porque ya lo había hecho suficiente, pero eso podía ser perfectamente un fantasma imitando a su compañero de villa. Tal vez estaba empezando a rozar la histeria, decidió dejar que se gritasen ellos y ella guardar un minuto de silencio a ver si se calmaba. Asintió a la kusajin para decirle que confiaba en su criterio más que en los fantasmas... por ahora.
Ellas habían oído la voz de Daigo, y Daigo oiría las suyas, acercandose. Era cuestión de tiempo que se encontrasen. Poco le duró el voto de silencio a Hana, porque pronto sintió la necesidad de advertir a su compañera.
— Ranko-san, con cuidado, ¿vale? — por mucho que lo intentase, no podía quitarse de la cabeza lo del espíritu.
— Daigo-san. ¡Daigo-san! ¡Daigo-san, estamos por acá! ¡Daigo-san!
Hana siguió a Ranko de cerca, no quería insistir, porque ya lo había hecho suficiente, pero eso podía ser perfectamente un fantasma imitando a su compañero de villa. Tal vez estaba empezando a rozar la histeria, decidió dejar que se gritasen ellos y ella guardar un minuto de silencio a ver si se calmaba. Asintió a la kusajin para decirle que confiaba en su criterio más que en los fantasmas... por ahora.
Ellas habían oído la voz de Daigo, y Daigo oiría las suyas, acercandose. Era cuestión de tiempo que se encontrasen. Poco le duró el voto de silencio a Hana, porque pronto sintió la necesidad de advertir a su compañera.
— Ranko-san, con cuidado, ¿vale? — por mucho que lo intentase, no podía quitarse de la cabeza lo del espíritu.