16/03/2020, 12:01
(Última modificación: 19/03/2020, 00:02 por Amedama Daruu. Editado 3 veces en total.)
Desesperada, Ayame ejecutó la técnica de liberación de Genjutsu. Tal vez el delfín fuese real. O tal vez no. Pero no sucedió nada, y la ola la arrasó golpeándola con la fuerza de una bala de cañón y haciéndole perder todo el aire acumulado en los pulmones. El agua la maltrató zarandeándole desde todas direcciones, luego la elevó en el cielo y se torció, haciéndole chocar contra la superficie del lago y hundiéndola. Los siguientes minutos fueron agónicos. Se hundía, cada vez más hondo, la corriente arrastrándola hacia el fondo del lago, donde un día su compañera de villa Watasashi Aiko estuvo sellada. Ayame tuvo que tragar agua por instinto, tratando de respirar. Se ahogaba, se ahogaba.... y todo a su alrededor era cada vez más oscuro. Sólo una pequeña luz se veía allá arriba, donde ella debería estar...
La kunoichi tomó una desesperada bocanada de aire. No se encontraba en el fondo del lago, sino en la plataforma, luchando contra su padre. Quien estaba, por cierto, frente a ella, a punto de propinarle un puñetazo en el pecho.
—¡Ōkasho! —bramó el médico, y proyectó todo su chakra hacia la superficie cercana a los nudillos para golpear a Ayame con la fuerza de un titán.
Zzzum.
La kunoichi tomó una desesperada bocanada de aire. No se encontraba en el fondo del lago, sino en la plataforma, luchando contra su padre. Quien estaba, por cierto, frente a ella, a punto de propinarle un puñetazo en el pecho.
—¡Ōkasho! —bramó el médico, y proyectó todo su chakra hacia la superficie cercana a los nudillos para golpear a Ayame con la fuerza de un titán.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)