18/03/2020, 17:35
(Última modificación: 19/03/2020, 00:02 por Amedama Daruu. Editado 3 veces en total.)
—Kokuō no tiene nada que ver en esto, es entre tú y yo. ¡Y no la necesito para enfrentarte! —repuso Ayame, y Zetsuo no pudo sino llevarse una mano a la frente.
—Claro que no tiene nada que ver con ella, tiene que ver con tu falta de autocontrol. Tal vez si escucharas mejor lo que te digo no estarías a punto de perder este combate.
—¿Que te mire a ti! ¿Pero acaso te has visto a ti mismo? —Zetsuo apretó la mandíbula y respiró hondo. «Mierda, se ha dado cuenta»—. ¡Y encima te atreves a sermonearme! ¡Ya no soy la cría que crees que soy, papá!
—Entonces, demuéstralo.
Ayame flexionó las rodillas, aparentemente para lanzarse de nuevo hacia él, quizás con un Sunshin no Jutsu. El médico trató de buscarle los ojos para leer sus intenciones, pero no estableció contacto visual. La mano de Ayame se metió en el portaobjetos y Zetsuo la dirigió también al suyo, sacando un shuriken. Inmediatamente, lo arrojó al tiempo que Ayame también arrojaba su arma... que resultó ser una hikaridama. El filo de Zetsuo hizo estallar la bomba de luz, pero también besó otro metal, a juzgar por el choque metálico. «¡Mierda!» El plan de Ayame había sido reventar la bomba de luz con su propio shuriken. Se había equivocado al leerla.
Trató de dar un paso al lado, pero sintió que el aire le faltaba en los pulmones. Había cometido el mismo error que su hija en otras tantas ocasiones, y se había agotado. Su pierna cojeó, y al instante siguiente algo le golpeó con la furia de una bala de cañón, llevándoselo. Ojalá hubiera sido un Genjutsu, pero en aquella ocasión no se trataba de uno.
Zetsuo se hundió en el agua, malherido, y apenas consiguió reponerse cuando ya estaba al menos cinco metros bajo el agua. Tosió al intentar dar una bocanada de aire al nadar hacia la superficie, y reposó un momento, casi incapaz de mantenerse a flote. Con ayuda del chakra, flotó hasta quedar de rodillas, resollando, con la mirada clavada en su hija.
«Lamentable, Zetsuo. Lamentable.»
Respiró hondo. Un chakra verde esmeralda comenzó a acumularse en su mano izquierda. Y se aplicó el Shōsen no Jutsu en el costado en el que había impactado la técnica de Ayame.
«A este paso, tendré que...»
—Claro que no tiene nada que ver con ella, tiene que ver con tu falta de autocontrol. Tal vez si escucharas mejor lo que te digo no estarías a punto de perder este combate.
—¿Que te mire a ti! ¿Pero acaso te has visto a ti mismo? —Zetsuo apretó la mandíbula y respiró hondo. «Mierda, se ha dado cuenta»—. ¡Y encima te atreves a sermonearme! ¡Ya no soy la cría que crees que soy, papá!
—Entonces, demuéstralo.
Ayame flexionó las rodillas, aparentemente para lanzarse de nuevo hacia él, quizás con un Sunshin no Jutsu. El médico trató de buscarle los ojos para leer sus intenciones, pero no estableció contacto visual. La mano de Ayame se metió en el portaobjetos y Zetsuo la dirigió también al suyo, sacando un shuriken. Inmediatamente, lo arrojó al tiempo que Ayame también arrojaba su arma... que resultó ser una hikaridama. El filo de Zetsuo hizo estallar la bomba de luz, pero también besó otro metal, a juzgar por el choque metálico. «¡Mierda!» El plan de Ayame había sido reventar la bomba de luz con su propio shuriken. Se había equivocado al leerla.
Trató de dar un paso al lado, pero sintió que el aire le faltaba en los pulmones. Había cometido el mismo error que su hija en otras tantas ocasiones, y se había agotado. Su pierna cojeó, y al instante siguiente algo le golpeó con la furia de una bala de cañón, llevándoselo. Ojalá hubiera sido un Genjutsu, pero en aquella ocasión no se trataba de uno.
Zetsuo se hundió en el agua, malherido, y apenas consiguió reponerse cuando ya estaba al menos cinco metros bajo el agua. Tosió al intentar dar una bocanada de aire al nadar hacia la superficie, y reposó un momento, casi incapaz de mantenerse a flote. Con ayuda del chakra, flotó hasta quedar de rodillas, resollando, con la mirada clavada en su hija.
«Lamentable, Zetsuo. Lamentable.»
Respiró hondo. Un chakra verde esmeralda comenzó a acumularse en su mano izquierda. Y se aplicó el Shōsen no Jutsu en el costado en el que había impactado la técnica de Ayame.
«A este paso, tendré que...»
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)