18/03/2020, 22:08
— Tsss. De acuerdo, pero no tengo ninguna ahora mismo. Así que o me das otra, o me quedaré así hasta mañana
Hana suspiró, agotada por la discusión con la morena, pero después esbozó una sonrisa sintiendo la satisfacción de haber ganado dicha discusión. Dio media vuelta y empezó a andar por el pasillo, haciendole un gesto a Ren para que la siguiese.
— Acompañame, siempre tengo una de repuesto en mi taquilla. Tú deberías empezar a hacer lo mismo.
Se estaba recochineando, pero era uno de los pocos placeres de su puesto, así que se lo permitía. Andarían hasta las taquillas, que estaban cerca de la entrada, la rubia le daría a la morena una falda igual que la que vestía ella. Por suerte, ambas tenían la misma talla, así que no habría problema. La guió hasta uno de los baños y esperó fuera a que se cambiase. Después la acompañó a clase, que era la misma a la que iba ella.
— ¿Hana-san? Llegais...
Antes de que el profesor en cuestión acabase de hablar, Hana se dobló en una pronunciada reverencia para disculparse.
— Disculpenos, Kibiku-sensei, Ren-chan es nueva y se había perdido. He tenido que ir a buscarla y guiarla hasta aquí. Por supuesto, no volverá a suceder.
— Oh, claro, ningún problema. Sentaos, por favor. — les hizo un gesto indicandoles sus pupitres.
Los únicos que había libres eran los dos últimos de la última fila, justo al lado de la ventana, no tenían cortinas así que ambos pupitres estaban bañados sin piedad por la luz del Sol. Hana apretó los dientes y le dedicó una mirada poco amigable a Ren mientras se dirigía a su sitio. Había una ley no escrita de que el primer día se elegían los pupitres, el primero que llega es el que mejor lo tiene. Y las pobres presidentas que tienen que llevar a las delincuentes de la manita, se quedan con las sobras.
Suspiró de nuevo al sentarse, empezando a sacar el material para tomar apuntes mientras el profesor retomaba la explicación.
Hana suspiró, agotada por la discusión con la morena, pero después esbozó una sonrisa sintiendo la satisfacción de haber ganado dicha discusión. Dio media vuelta y empezó a andar por el pasillo, haciendole un gesto a Ren para que la siguiese.
— Acompañame, siempre tengo una de repuesto en mi taquilla. Tú deberías empezar a hacer lo mismo.
Se estaba recochineando, pero era uno de los pocos placeres de su puesto, así que se lo permitía. Andarían hasta las taquillas, que estaban cerca de la entrada, la rubia le daría a la morena una falda igual que la que vestía ella. Por suerte, ambas tenían la misma talla, así que no habría problema. La guió hasta uno de los baños y esperó fuera a que se cambiase. Después la acompañó a clase, que era la misma a la que iba ella.
— ¿Hana-san? Llegais...
Antes de que el profesor en cuestión acabase de hablar, Hana se dobló en una pronunciada reverencia para disculparse.
— Disculpenos, Kibiku-sensei, Ren-chan es nueva y se había perdido. He tenido que ir a buscarla y guiarla hasta aquí. Por supuesto, no volverá a suceder.
— Oh, claro, ningún problema. Sentaos, por favor. — les hizo un gesto indicandoles sus pupitres.
Los únicos que había libres eran los dos últimos de la última fila, justo al lado de la ventana, no tenían cortinas así que ambos pupitres estaban bañados sin piedad por la luz del Sol. Hana apretó los dientes y le dedicó una mirada poco amigable a Ren mientras se dirigía a su sitio. Había una ley no escrita de que el primer día se elegían los pupitres, el primero que llega es el que mejor lo tiene. Y las pobres presidentas que tienen que llevar a las delincuentes de la manita, se quedan con las sobras.
Suspiró de nuevo al sentarse, empezando a sacar el material para tomar apuntes mientras el profesor retomaba la explicación.