19/03/2020, 01:20
El grotesco puño de Ayame acertó de lleno en el torso de Zetsuo, y la descomunal fuerza reverberó como un gong en su caja torácica y le impulsó hacia atrás con brutalidad. El clon, aún a su espalda, estalló en el mismo agua que lo componía ante el choque, y el hombre terminó rebotando sobre la superficie del agua una, dos, hasta tres veces, antes de volver a perderse en las profundidades del lago.
Ayame volvió a resoplar y a respirar agitadamente, mientras su brazo recuperaba su tamaño habitual, y volvió a apoyarse en sus rodillas.
«Segundo.» Aquel era el segundo golpe que conseguía acertarle. Pero aunque aún podía mantenerse en pie y no se había excedido usando el chakra como otras veces, sí que estaba terriblemente cansada. No iba a durar mucho más. Y sabía que su padre era consciente de ello. «Papá...»
Alzó la mirada hacia el punto donde su padre se había hundido. Pasaban los segundos, y no volvía a resurgir... Ayame tragó saliva y aguardó, con el corazón en un puño. Pero seguía sin salir del agua. ¿Estaba preparando un ataque sorpresa? O quizás... Quizás se había pasado y ahora estaba malherido bajo el agua. Ayame dio un paso al frente, titubeante. Y estaba a punto de echar a correr para ir a salvarlo cuando una súbita explosión de agua la sobresaltó.
Con la fuerza de un géiser, el médico resurgió de sus cenizas. Con la barbilla muy alta, y prácticamente intacto. Como si no acabara de recibir el golpe de un martillo en el pecho. Y no solo eso: el rombo de su frente había desaparecido, en su lugar había aparecido una segunda luna purpúrea que se entrelazaba con la azul y ambas se extendían hacia sus ojos. De repente, Aotsuki Zetsuo parecía mucho más alto, mucho más imponente, mucho más poderoso que antes...
Y Ayame se sintió muy pequeña en comparación.
—¡La Luna Azul brilla con más fuerza que nunca hoy! —exclamó, con una sonrisa de satisfacción que pocas veces había visto en su rostro—. ¡Incluso de día!
—C... ¿Cómo es posible...? ¿¿Cómo lo has hecho?? ¡Te había dado de lleno! —balbuceó Ayame, tan confundida como impresionada. Nunca había visto a su padre así, en ninguno de sus entrenamientos con él había mostrado algo como aquella marca. No pudo evitarlo, señaló su frente con un dedo tembloroso—. ¿Es... Es la luna azul? ¿Es una especie de habilidad especial de nuestra familia o algo así? ¿¿¿Yo también puedo hacerlo???
Dulce inocencia. Dulce curiosidad.
Ayame volvió a resoplar y a respirar agitadamente, mientras su brazo recuperaba su tamaño habitual, y volvió a apoyarse en sus rodillas.
«Segundo.» Aquel era el segundo golpe que conseguía acertarle. Pero aunque aún podía mantenerse en pie y no se había excedido usando el chakra como otras veces, sí que estaba terriblemente cansada. No iba a durar mucho más. Y sabía que su padre era consciente de ello. «Papá...»
Alzó la mirada hacia el punto donde su padre se había hundido. Pasaban los segundos, y no volvía a resurgir... Ayame tragó saliva y aguardó, con el corazón en un puño. Pero seguía sin salir del agua. ¿Estaba preparando un ataque sorpresa? O quizás... Quizás se había pasado y ahora estaba malherido bajo el agua. Ayame dio un paso al frente, titubeante. Y estaba a punto de echar a correr para ir a salvarlo cuando una súbita explosión de agua la sobresaltó.
Con la fuerza de un géiser, el médico resurgió de sus cenizas. Con la barbilla muy alta, y prácticamente intacto. Como si no acabara de recibir el golpe de un martillo en el pecho. Y no solo eso: el rombo de su frente había desaparecido, en su lugar había aparecido una segunda luna purpúrea que se entrelazaba con la azul y ambas se extendían hacia sus ojos. De repente, Aotsuki Zetsuo parecía mucho más alto, mucho más imponente, mucho más poderoso que antes...
Y Ayame se sintió muy pequeña en comparación.
—¡La Luna Azul brilla con más fuerza que nunca hoy! —exclamó, con una sonrisa de satisfacción que pocas veces había visto en su rostro—. ¡Incluso de día!
—C... ¿Cómo es posible...? ¿¿Cómo lo has hecho?? ¡Te había dado de lleno! —balbuceó Ayame, tan confundida como impresionada. Nunca había visto a su padre así, en ninguno de sus entrenamientos con él había mostrado algo como aquella marca. No pudo evitarlo, señaló su frente con un dedo tembloroso—. ¿Es... Es la luna azul? ¿Es una especie de habilidad especial de nuestra familia o algo así? ¿¿¿Yo también puedo hacerlo???
Dulce inocencia. Dulce curiosidad.

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)