19/03/2020, 21:21
Después de una breve reunion de introducción para todo el Consejo, Hana, obviamente, no pudo irse a casa, sino que tuvo que volver al aula donde Kini y Ren estaban haciendo más un destrozo que una limpieza. No podía dejarles sin supervisión y tampoco quería irse pronto a casa.
En un principio sopesó encargarselo a una de sus lacayas e irse sin más, no le apetecía pasarse la tarde discutiendo con la chica nueva, que parecía incapaz de acatar ordenes y respetar su autoridad. Sin embargo, Ren se comportó aquella tarde. Puede que fuese algo tonta, pero de vez en cuando era hasta divertido verla y oirla. También había que admitir que tenía unas piernas bonitas, razón de más para obligarla siempre a llevar falda, pensó Hana.
Logró sacarle un par de sonrisas que no fueron de pena ni de soberbia, lo cual era extraño para la rubia. En su mundo solo había dos tipos de personas, las que la temían por su puesto y las que querían aprovecharse. Ren desde luego no la temía, faltaba comprobar si quería sacar algo de todo aquello.
— Menuda paliza
— Mañana procura llevar la indumentaria adecuada, sino tendré que volver a asignarte la limpieza del aula y ya he tenido suficiente de ti para toda la semana. — ni ella supo si lo decía en serio o estaba siendo sarcástica.
Kini había desaparecido en cuanto habían dado por acabada la limpieza y ahora solo quedaban ambas muchachas en el aula y probablemente en el edificio. Hana recogió sus cosas y se dirigió a su taquilla para acabar de recogerlo todo. Después saldría del edificio para dirigirse a su casa, sin esperar a Ren ni dedicarle un segundo pensamiento.
En un principio sopesó encargarselo a una de sus lacayas e irse sin más, no le apetecía pasarse la tarde discutiendo con la chica nueva, que parecía incapaz de acatar ordenes y respetar su autoridad. Sin embargo, Ren se comportó aquella tarde. Puede que fuese algo tonta, pero de vez en cuando era hasta divertido verla y oirla. También había que admitir que tenía unas piernas bonitas, razón de más para obligarla siempre a llevar falda, pensó Hana.
Logró sacarle un par de sonrisas que no fueron de pena ni de soberbia, lo cual era extraño para la rubia. En su mundo solo había dos tipos de personas, las que la temían por su puesto y las que querían aprovecharse. Ren desde luego no la temía, faltaba comprobar si quería sacar algo de todo aquello.
— Menuda paliza
— Mañana procura llevar la indumentaria adecuada, sino tendré que volver a asignarte la limpieza del aula y ya he tenido suficiente de ti para toda la semana. — ni ella supo si lo decía en serio o estaba siendo sarcástica.
Kini había desaparecido en cuanto habían dado por acabada la limpieza y ahora solo quedaban ambas muchachas en el aula y probablemente en el edificio. Hana recogió sus cosas y se dirigió a su taquilla para acabar de recogerlo todo. Después saldría del edificio para dirigirse a su casa, sin esperar a Ren ni dedicarle un segundo pensamiento.