19/03/2020, 22:33
Hana fue directa a casa. Se subió al metro en plena hora punta, así que ni asiento ni hostias, tuvo que estar todo el tiempo de pie. Estaba acostumbrada a no sentarse durante horas ya. Abrió la puerta de su piso y casi al momento se asomó su padre.
— Ah, eres tú. — saludó para después volver a meterse a su estudio.
— ¡Buenas tardes a ti también, papá! — devolvió la rubia a su progenitor.
Tras oírse un sonoro suspiro, el hombre volvió a asomarse.
— Ya sabes que hoy viene tu hermanastra a vivir aquí y su madre se ha pasado esta mañana a dejar sus maletas y se ha marchado sin decir ni media. ¡Ni siquiera sé como le ha ido el primer día! Estoy preocupado.
— Hola, tu hija biológica está aquí y también ha tenido su primer día hoy. — reprochó Hana mientras se quitaba los zapatos en la entrada.
Otro sonoro suspiro.
— Mi hija biologica favorita del mundo mundial es la presidenta del Consejo Estudiantil, estudiante de honor, con una media de 11 sobre 10 y seguramente ha tenido un día muy estresante porque algún chico nuevo se ha perdido "accidentalmente". — relató desde el estudio.
Hana salió de su habitación, ya vestida con su pijama habitual, uno con figuritas de acción de los Ame Rangers cada uno de un color y en una posición diferente, era holgado y largo, como a ella le gustaba.
— Pues sí, pero ha sido una chica. Una marimacho que ha venido en pantalones, aunque era mona. — sentenció ella dirigiéndose a la cocina.
Aunque no lo admitiese, quería dar buena impresión a su nueva hermana y por eso iba a preparar ella misma una gran cena para celebrar su llegada y darle la bienvenida. Su padre era el que normalmente cocinaba, pero cocinar cualquier cosa demasiado compleja solía llevarle al desastre, por eso para ocasiones especiales ya estaba ella.
Ahora solo quedaba que su hermanastra hiciese acto de aparición. Hana ni siquiera sabía su nombre, lo cual hacia aquello un momento verdaderamente especial, era su primer encuentro en todos los sentidos, pues, por lo que sabía, su hermanastra tampoco sabía nada de ella.
— Ah, eres tú. — saludó para después volver a meterse a su estudio.
— ¡Buenas tardes a ti también, papá! — devolvió la rubia a su progenitor.
Tras oírse un sonoro suspiro, el hombre volvió a asomarse.
— Ya sabes que hoy viene tu hermanastra a vivir aquí y su madre se ha pasado esta mañana a dejar sus maletas y se ha marchado sin decir ni media. ¡Ni siquiera sé como le ha ido el primer día! Estoy preocupado.
— Hola, tu hija biológica está aquí y también ha tenido su primer día hoy. — reprochó Hana mientras se quitaba los zapatos en la entrada.
Otro sonoro suspiro.
— Mi hija biologica favorita del mundo mundial es la presidenta del Consejo Estudiantil, estudiante de honor, con una media de 11 sobre 10 y seguramente ha tenido un día muy estresante porque algún chico nuevo se ha perdido "accidentalmente". — relató desde el estudio.
Hana salió de su habitación, ya vestida con su pijama habitual, uno con figuritas de acción de los Ame Rangers cada uno de un color y en una posición diferente, era holgado y largo, como a ella le gustaba.
— Pues sí, pero ha sido una chica. Una marimacho que ha venido en pantalones, aunque era mona. — sentenció ella dirigiéndose a la cocina.
Aunque no lo admitiese, quería dar buena impresión a su nueva hermana y por eso iba a preparar ella misma una gran cena para celebrar su llegada y darle la bienvenida. Su padre era el que normalmente cocinaba, pero cocinar cualquier cosa demasiado compleja solía llevarle al desastre, por eso para ocasiones especiales ya estaba ella.
Ahora solo quedaba que su hermanastra hiciese acto de aparición. Hana ni siquiera sabía su nombre, lo cual hacia aquello un momento verdaderamente especial, era su primer encuentro en todos los sentidos, pues, por lo que sabía, su hermanastra tampoco sabía nada de ella.