2/04/2020, 17:12
—Mi hija, con un pacto con las aves rapaces —asintió Zetsuo, tal alegre que Ayame sintió que le ardían las mejillas—. Demonios, no creo en el destino, pero no tiene que haber nada en este planeta que se parezca más a esto. Pero no es cierto que no me hayas sorprendido. ¡Casi me ganas! ¡Ganarme! ¡A mí!
Pero ella se rio.
—¿Ganarte? ¿Qué dices? —soltó, encogiendo los hombros—. Pero si he tenido que dosificarme el chakra con cuentagotas y sólo te he alcanzado un par de veces...
De hecho, ni siquiera sabía si su último ataque había dado en el blanco. Ella se había desmayado antes de poder comprobar los resultados de su ofensiva a la desesperada.
Pero Zetsuo se dio la vuelta, dándole la espalda.
—Habrá que remediar eso.
Ayame, que había terminado de ponerse en pie, le miró con extrañeza.
—¿A qué te refieres?
Pero ella se rio.
—¿Ganarte? ¿Qué dices? —soltó, encogiendo los hombros—. Pero si he tenido que dosificarme el chakra con cuentagotas y sólo te he alcanzado un par de veces...
De hecho, ni siquiera sabía si su último ataque había dado en el blanco. Ella se había desmayado antes de poder comprobar los resultados de su ofensiva a la desesperada.
Pero Zetsuo se dio la vuelta, dándole la espalda.
—Habrá que remediar eso.
Ayame, que había terminado de ponerse en pie, le miró con extrañeza.
—¿A qué te refieres?

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)