4/04/2020, 00:49
El del País del Viento no se dio cuenta de que su rival le siguió corriendo, la adrenalina del combate y el golpe que recibió en la cabeza le había nublado un poco la vista; por lo menos sus gafas seguían intactas. Cuando conectó sus kunais este se giró para enfocar a la kunoichi viendo su error, ahora ella estaba saltando sobre el, para aplicar un golpe final posiblemente. «Se viene la hostia...» No tuvo tiempo para reaccionar siquiera y la de la Hierba se subió sobre sus hombros, abrazando con sus piernas el torso del kazejin y girando sobre si misma estampando a este contundentemente contra el suelo.
—¡Gekkō!
Takumi cayó de espaldas contra el suelo, sus gafas salieron despedidas y de su boca unos pequeños cúmulos de sangre se propulsaron hacia arriba. Estaba sin aire, comenzó a dar bocanadas profundas y tras unos segundos recuperó su respiración. «Levántate... Levántate... Arata se levantaría... ¡LEVÁNTATE JODER!»
Se levantó aparatosamente, casi pierde el equilibrio un par de veces, pero se seguía levantando. Ni siquiera buscó sus gafas, no veía más que formas borrosas de colores sin ellas, pero no iba a perder más tiempo. El atuendo níveo de Ranko le ayudaba al menos a discernir su posición en el ring. Jadeaba con fuerza, saboreaba la sangre dentro de su boca y entrecerraba los ojos en busca de una imagen más nítida. Y volvió a levantar sus kunais, apuntando a la kusajin.
—N-no... No me... —Tosió. —¡NO ME VOY A RENDIR!
En un intentó de seguir el combate en su estado salió corriendo hacia su contrincante, no sin dificultades, y a metro y medio antes de estar a su altura dio un salto hacia atrás, propulsando sus kunais hacia delante en un movimiento de espiral. «¡Lucha hasta el final! Como madre, como padre, como Arata... Itona no se rindió entrenándome... Junko-sensei se ha esforzado en entrenarme y jamás se daría por vencida... Lucha, lucha... ¡LUCHAAAAA!»
—¡Gekkō!
Takumi cayó de espaldas contra el suelo, sus gafas salieron despedidas y de su boca unos pequeños cúmulos de sangre se propulsaron hacia arriba. Estaba sin aire, comenzó a dar bocanadas profundas y tras unos segundos recuperó su respiración. «Levántate... Levántate... Arata se levantaría... ¡LEVÁNTATE JODER!»
Se levantó aparatosamente, casi pierde el equilibrio un par de veces, pero se seguía levantando. Ni siquiera buscó sus gafas, no veía más que formas borrosas de colores sin ellas, pero no iba a perder más tiempo. El atuendo níveo de Ranko le ayudaba al menos a discernir su posición en el ring. Jadeaba con fuerza, saboreaba la sangre dentro de su boca y entrecerraba los ojos en busca de una imagen más nítida. Y volvió a levantar sus kunais, apuntando a la kusajin.
—N-no... No me... —Tosió. —¡NO ME VOY A RENDIR!
En un intentó de seguir el combate en su estado salió corriendo hacia su contrincante, no sin dificultades, y a metro y medio antes de estar a su altura dio un salto hacia atrás, propulsando sus kunais hacia delante en un movimiento de espiral. «¡Lucha hasta el final! Como madre, como padre, como Arata... Itona no se rindió entrenándome... Junko-sensei se ha esforzado en entrenarme y jamás se daría por vencida... Lucha, lucha... ¡LUCHAAAAA!»