4/04/2020, 16:45
Zetsuo echó a andar, de vuelta hacia la entrada de Amegakure. Ayame le seguía por detrás, débil y algo más lenta que él. Iba a necesitar de un buen reposo para poder reponerse después de aquello.
—A partir de ahora, queda comprobado que en combate contra mí eres un igual. Por tanto, no esperes ni una pizca de piedad en nuestro próximo encuentro —dijo entonces, sobresaltándola.
«Un... igual...» Se repitió para sí. Y durante un instante agradeció que su padre le estuviese dando la espalda, para que no viera sus mejillas encendidas y sus ojos humedecidos.
—Así que prepárate. La próxima vez, no tendrás que igualarme. Tendrás que ser más fuerte. Tendrás que superarme —sentenció—. Y ahora, volvamos a casa. Te invito a un caf... tsk. A un chocolate —se corrigió, con asco.
Y Ayame soltó una risilla. Zetsuo prácticamente odiaba cualquier cosa dulce, Ayame odiaba lo amargo. Eran dos polos completamente opuestos en eso.
—¡Oh! ¿Vamos a la Pastelería de Kiroe? —preguntó alegremente. Pero Ayame guardó un par de segundos de silencio y sus labios temblaron ligeramente—. La... La próxima vez no habrá excusas, ni retrasos —respondió ella, agachando la mirada. Pero volvió a levantar la mirada y la clavó en la espalda de su espalda—. Y la próxima vez romperé tus ilusiones.
El escalón que se acaba de alzar frente a ella era grande. Monstruosamente grande.
—A partir de ahora, queda comprobado que en combate contra mí eres un igual. Por tanto, no esperes ni una pizca de piedad en nuestro próximo encuentro —dijo entonces, sobresaltándola.
«Un... igual...» Se repitió para sí. Y durante un instante agradeció que su padre le estuviese dando la espalda, para que no viera sus mejillas encendidas y sus ojos humedecidos.
—Así que prepárate. La próxima vez, no tendrás que igualarme. Tendrás que ser más fuerte. Tendrás que superarme —sentenció—. Y ahora, volvamos a casa. Te invito a un caf... tsk. A un chocolate —se corrigió, con asco.
Y Ayame soltó una risilla. Zetsuo prácticamente odiaba cualquier cosa dulce, Ayame odiaba lo amargo. Eran dos polos completamente opuestos en eso.
—¡Oh! ¿Vamos a la Pastelería de Kiroe? —preguntó alegremente. Pero Ayame guardó un par de segundos de silencio y sus labios temblaron ligeramente—. La... La próxima vez no habrá excusas, ni retrasos —respondió ella, agachando la mirada. Pero volvió a levantar la mirada y la clavó en la espalda de su espalda—. Y la próxima vez romperé tus ilusiones.
El escalón que se acaba de alzar frente a ella era grande. Monstruosamente grande.

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)