4/04/2020, 20:27
El domador de arácnidos admitió que quizás el dúo pulgoso tuviese razón. Pero no quiso bajarse tan pronto del burro, pensaba que quizás había algo que desconocían que lo moviesen. Podía tener razón, sí, pero en realidad podían sacar mil conclusiones y media, que no acertarían casi por asegurado. Además, no era el mejor momento para estar hablando de un criminal.
Etsu y Akane no fueron los únicos en decidir que lo mejor era tomar una distancia de seguridad, y al igual que habían hecho éstos, Yota saltó hacia detrás para ganar también unos metros. Aunque en contra de lo que acababa de hacer, sugirió al Inuzuka que le mostrase algo más del estilo familiar, al que calificó como famoso. Si, y tanto que lo mostraría, pero todo a su debido tiempo. Su oponente sabía que iba a recurrir al combate cuerpo a cuerpo como principal herramienta, pero sin embargo Etsu y Akane sabían bien poco de él. En realidad estaban en una clara desventaja de información, no podían lanzarse sin ton ni son.
—De acuerdo, ¡vamos allá!
Sabiendo que su oponente podía esperar el combate cuerpo a cuerpo, el rastas comenzó una serie de sellos. Un total de cinco sellos, que tras ello concluyó en una palmada. Entonces, Akane saltó directo hacia Etsu, como si fuese a darle una patada en pleno salto. Sin embargo, Etsu ya esperaba ese movimiento, lo encaró y rápidamente puso ante el sus manos, y lanzó a Akane directo hacia Yota a una velocidad digna de admiración. Literalmente lanzó a su compañero como si se tratase de un shuriken.
«¡Veamos si el entrenamiento con el loco ha servido de algo!»
Akane recortaría drásticamente la distancia que los separaba con el mismo salto impulsado por Etsu, y al llegar hasta Yota lanzaría el golpe insignia a su oponente, un doble puñetazo directo en su torso. Si, exactamente, le estaban dando lo que él mismo había pedido. Etsu se guardaba un as bajo la manga, su estilo de combate combinaba a la perfección con su ninjutsu elemental.
Entre tanto, Etsu habría corrido directo hacia el combate, sin perder un solo segundo. En lo que recortase la distancia, que sería poco más tarde que la llegada de Akane y su golpe, no ladeó ni perdió de vista a su oponente, por lo que pudiera pasar. Al llegar hasta ellos, tomaría la espalda de su compañero como una rampa, para tomar él el relevo con una patada vertical descendente del propio salto sobre Akane.
Etsu y Akane no fueron los únicos en decidir que lo mejor era tomar una distancia de seguridad, y al igual que habían hecho éstos, Yota saltó hacia detrás para ganar también unos metros. Aunque en contra de lo que acababa de hacer, sugirió al Inuzuka que le mostrase algo más del estilo familiar, al que calificó como famoso. Si, y tanto que lo mostraría, pero todo a su debido tiempo. Su oponente sabía que iba a recurrir al combate cuerpo a cuerpo como principal herramienta, pero sin embargo Etsu y Akane sabían bien poco de él. En realidad estaban en una clara desventaja de información, no podían lanzarse sin ton ni son.
—De acuerdo, ¡vamos allá!
Sabiendo que su oponente podía esperar el combate cuerpo a cuerpo, el rastas comenzó una serie de sellos. Un total de cinco sellos, que tras ello concluyó en una palmada. Entonces, Akane saltó directo hacia Etsu, como si fuese a darle una patada en pleno salto. Sin embargo, Etsu ya esperaba ese movimiento, lo encaró y rápidamente puso ante el sus manos, y lanzó a Akane directo hacia Yota a una velocidad digna de admiración. Literalmente lanzó a su compañero como si se tratase de un shuriken.
«¡Veamos si el entrenamiento con el loco ha servido de algo!»
Akane recortaría drásticamente la distancia que los separaba con el mismo salto impulsado por Etsu, y al llegar hasta Yota lanzaría el golpe insignia a su oponente, un doble puñetazo directo en su torso. Si, exactamente, le estaban dando lo que él mismo había pedido. Etsu se guardaba un as bajo la manga, su estilo de combate combinaba a la perfección con su ninjutsu elemental.
Entre tanto, Etsu habría corrido directo hacia el combate, sin perder un solo segundo. En lo que recortase la distancia, que sería poco más tarde que la llegada de Akane y su golpe, no ladeó ni perdió de vista a su oponente, por lo que pudiera pasar. Al llegar hasta ellos, tomaría la espalda de su compañero como una rampa, para tomar él el relevo con una patada vertical descendente del propio salto sobre Akane.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~