5/04/2020, 18:28
Pero Zetsuo negó con la cabeza.
—Creo que es la única vez que hicisteis bien en no decirnos nada —admitió de mala gana, desviando la vista a su café—. Siento orgullo. Hiciste lo que yo no pude hacer.
»Además, lo importante es que lo hiciérais bajo el ala de Arashikage-sama.
—No creo que dependiera de que fuéramos nosotros el hecho que de tuviéramos éxito o no —replicó Ayame, inclinando la cabeza—. Nosotros teníamos el factor de la sorpresa de nuestra parte y pudimos aprovecharlo. Pero de haber estado vosotros en nuestro lugar, seguro que lo habríais hecho de forma más rápida, y seguro que más limpia... —agregó, sombría. Aún recordaba los múltiples errores que habían puesto en peligro el éxito de la misión, aún recordaba al mercader al que le tuvo que quitar la vida por orden expresa de Daruu, en contra de su propia voluntad.
«Ya no habrá más "Es una orden". Se acabó. Desde ahora yo dictaré mis propias decisiones.»
—¡Kiroe, Kōri y tú sois mucho más fuertes! —concluyó, absolutamente convencida de ello, antes de llevarse la taza a los labios.
Se arrepintió casi instantáneamente. El chocolate aún ardía.
—Creo que es la única vez que hicisteis bien en no decirnos nada —admitió de mala gana, desviando la vista a su café—. Siento orgullo. Hiciste lo que yo no pude hacer.
»Además, lo importante es que lo hiciérais bajo el ala de Arashikage-sama.
—No creo que dependiera de que fuéramos nosotros el hecho que de tuviéramos éxito o no —replicó Ayame, inclinando la cabeza—. Nosotros teníamos el factor de la sorpresa de nuestra parte y pudimos aprovecharlo. Pero de haber estado vosotros en nuestro lugar, seguro que lo habríais hecho de forma más rápida, y seguro que más limpia... —agregó, sombría. Aún recordaba los múltiples errores que habían puesto en peligro el éxito de la misión, aún recordaba al mercader al que le tuvo que quitar la vida por orden expresa de Daruu, en contra de su propia voluntad.
«Ya no habrá más "Es una orden". Se acabó. Desde ahora yo dictaré mis propias decisiones.»
—¡Kiroe, Kōri y tú sois mucho más fuertes! —concluyó, absolutamente convencida de ello, antes de llevarse la taza a los labios.
Se arrepintió casi instantáneamente. El chocolate aún ardía.