8/04/2020, 18:52
Estaba confuso, otra vez. El primer combate no había terminado de la mejor forma, no para mi claro, mis secuelas no eran físicas, la herida de la pierna apenas era ya un rasguño, pero la imagen de mi adversario tirado en el suelo con la cabeza...
Sentado bajo aquél cerezo, ni siquiera me atrevía a pensarlo. Si hubiese sido una guerra, no habría dudado en golpearle con el filo de la espada, pero no lo era. Era un torneo formal entre las aldeas y yo no quería matarlo, solo incapacitarlo para que finalizase el combate, y sin embargo al golpearle con el reverso, me había pasado de fuerza y... No lo había matado, pero...
Sujeté a Tsubame frente a mí y la observé. Las espadas se forjaban para acabar con tus enemigos, su filo se hacia para que fuese capaz de cortar la carne, pero aquello no era el objetivo de ese torneo. Era un torneo para mostrar la fuerza, sin matar a tu oponente.
Pero daba igual cuantas veces me lo repitiese en la cabeza. Mi rival me había atravesado la pierna de lado a lado, pero yo le había aplastado la cabeza con la parte roma de una katana. Podía haber dado un golpe mas flojo, podía haber golpeado en cualquier otra parte, el brazo, el hombro. Pero apunté a su cabeza.
¿Que iba a ser de mi ahora? ¿Me expulsarían del torneo por haber dejado así a mi rival? Por el momento no había tenido noticias se Hanabi ni de ningún superior , pero claro... Quizás tenia que rendir cuentas con la Morikage y por mi culpa.
No había matado a mi adversario, pero cuando abandone el estadio a él se lo llevaron urgentemente entre varios médicos, y su estado era terrible. Quizás no muriera del golpe, pero tal vez lo matarán las secuelas. Y yo habría sido su verdugo.
Claro qué, igual la muerte era su intención desde el principio. Sobretodo cuando se lanzó a gritar que era el aprendiz del muchacho que había asesinado al anterior Morikage. Si vivía, quizás no seria por mucho. Pero todo aquello no justificaba mis actos.
La mano que sostenía la espada frente a mí, comenzó a temblar. ¿Se había cansado al tenerla tanto tiempo alzada o acaso yo estaba empezando a dudar si debía seguir utilizando la espada?
Sentado bajo aquél cerezo, ni siquiera me atrevía a pensarlo. Si hubiese sido una guerra, no habría dudado en golpearle con el filo de la espada, pero no lo era. Era un torneo formal entre las aldeas y yo no quería matarlo, solo incapacitarlo para que finalizase el combate, y sin embargo al golpearle con el reverso, me había pasado de fuerza y... No lo había matado, pero...
Sujeté a Tsubame frente a mí y la observé. Las espadas se forjaban para acabar con tus enemigos, su filo se hacia para que fuese capaz de cortar la carne, pero aquello no era el objetivo de ese torneo. Era un torneo para mostrar la fuerza, sin matar a tu oponente.
Pero daba igual cuantas veces me lo repitiese en la cabeza. Mi rival me había atravesado la pierna de lado a lado, pero yo le había aplastado la cabeza con la parte roma de una katana. Podía haber dado un golpe mas flojo, podía haber golpeado en cualquier otra parte, el brazo, el hombro. Pero apunté a su cabeza.
¿Que iba a ser de mi ahora? ¿Me expulsarían del torneo por haber dejado así a mi rival? Por el momento no había tenido noticias se Hanabi ni de ningún superior , pero claro... Quizás tenia que rendir cuentas con la Morikage y por mi culpa.
No había matado a mi adversario, pero cuando abandone el estadio a él se lo llevaron urgentemente entre varios médicos, y su estado era terrible. Quizás no muriera del golpe, pero tal vez lo matarán las secuelas. Y yo habría sido su verdugo.
Claro qué, igual la muerte era su intención desde el principio. Sobretodo cuando se lanzó a gritar que era el aprendiz del muchacho que había asesinado al anterior Morikage. Si vivía, quizás no seria por mucho. Pero todo aquello no justificaba mis actos.
La mano que sostenía la espada frente a mí, comenzó a temblar. ¿Se había cansado al tenerla tanto tiempo alzada o acaso yo estaba empezando a dudar si debía seguir utilizando la espada?