9/04/2020, 00:17
El aludido levantó la mirada hacia Ayame. A Daruu se le iluminó el rostro. Sonrió y se levantó como un resorte. Caminó hacia ella con aire resuelto, y sin mediar palabra le dio un abrazo cuidadosamente. Luego le puso el ramillete de flores en la mano.
—¡Ayame! —dijo—. Madre mía, han tardado en dejarte salir. Seguro que llevas recuperada un montón ya. —Torció la cabeza y cerró los ojos con una sonrisa—. Oye... buen combate, pequeñaja. —Daruu le revolvió el pelo, y buscó sus ojos—. ¿Desde cuando has mejorado tanto tu control del chakra? ¡Intenté deshacer tus Genjutsu pero no podía!
—¡Ayame! —dijo—. Madre mía, han tardado en dejarte salir. Seguro que llevas recuperada un montón ya. —Torció la cabeza y cerró los ojos con una sonrisa—. Oye... buen combate, pequeñaja. —Daruu le revolvió el pelo, y buscó sus ojos—. ¿Desde cuando has mejorado tanto tu control del chakra? ¡Intenté deshacer tus Genjutsu pero no podía!