9/04/2020, 23:33
El Inuzuka había sorprendido a su antagonista con ese salto sobre aire, en el cual no debería haber tenido demasiadas posibilidades de esquivarlo. Con las mismas le propinó un puñetazo, que no fue directo, pero sin duda su oponente saboreó. Hasta la espada soltó del impacto, pues su sonido metálico fue más que reseñoso. Pero eso no lo lograría ver del todo bien, pues apenas lanzado el puñetazo, el arácnido saltó directo al rostro de Etsu.
El bichejo de quelíceros deseantes de sangre conseguiría tomar aterrizaje en la máscara del Inuzuka, el cuál pretendía tomar el hacha y sembrar el pánico en el rostro de su compañero. Pero recordó algo...
—¿¡Rrrrserá...!? ¿¡Rreeese bicho me ha MORLDIDO!?
«¡DIABLOS! ¡¡ÉSTA COSA MUERDE!!»
Ni hacha ni pollas.
Con perdón.
Pero sí, ni hacha ni niño muerto. El hacha, que recién buscaba con su diestra, terminaría cayendo en cualquier lado. La mano zurda sería la primera en buscar al bichejo, pues era la que tenía libre y con más capacidad de reacción, y poco después de la izquierda iría la diestra. Tomaría al arácnido por la parte posterior, pues la tenía agarrada en su rostro, y la apartaría por fuerza pura.
«¿¿¡ÉSTAS COSAS MUERDEN POR EL CULO O POR LA CABEZA!??»
La duda invadió su cabeza, pero no fue solo la duda... un pequeño mareo, y un gran descontrol de volumen se hizo por un instante con su atención. Para cuando se quiso dar cuenta, estaba cayendo directo sobre su oponente. Un millar de pájaros chirriantes, y un resplandor eléctrico surgían de la mano de Yota, el cuál esperaba allí dispuesto a ensartarlo, cual rapaz espera a que el ratón salga de la madriguera.
Ni modo había de que el Inuzuka esquivase eso.
Conforme caía, usó su mejor técnica defensiva. Una técnica milenaria que pocos shinobis conocían bien, quizás considerada un jutsu prohibido...
—Técnica de la defensa arácnida... —susurró a duras penas, cayendo con el compañero de Yota a modo de escudo.
La llamada Kumopansa se llevaría todo el impacto, aunque no sería la única. Por suerte o por desgracia, el jutsu sin duda atravesaría hasta dar con Etsu, seguramente con mucha menos potencia de la que debería, al menos en lo correspondiente a potencia incisiva.
—¡Aaaagh! —Tuvo que quejarse, no le quedó más remedio.
Recibido el golpe, Etsu atacó con lo que tenía mas cerca de su antagonista. Lanzó un cabezazo directo al rostro de Yota, y trataría de alejarse un poco a base de una patada que lo impulsaría como si de un empujón se tratase. Ésta última no tenía apenas potencia de golpeo, se trataba más bien de ganar distancia.
El bichejo de quelíceros deseantes de sangre conseguiría tomar aterrizaje en la máscara del Inuzuka, el cuál pretendía tomar el hacha y sembrar el pánico en el rostro de su compañero. Pero recordó algo...
—¿¡Rrrrserá...!? ¿¡Rreeese bicho me ha MORLDIDO!?
«¡DIABLOS! ¡¡ÉSTA COSA MUERDE!!»
Ni hacha ni pollas.
Con perdón.
Pero sí, ni hacha ni niño muerto. El hacha, que recién buscaba con su diestra, terminaría cayendo en cualquier lado. La mano zurda sería la primera en buscar al bichejo, pues era la que tenía libre y con más capacidad de reacción, y poco después de la izquierda iría la diestra. Tomaría al arácnido por la parte posterior, pues la tenía agarrada en su rostro, y la apartaría por fuerza pura.
«¿¿¡ÉSTAS COSAS MUERDEN POR EL CULO O POR LA CABEZA!??»
La duda invadió su cabeza, pero no fue solo la duda... un pequeño mareo, y un gran descontrol de volumen se hizo por un instante con su atención. Para cuando se quiso dar cuenta, estaba cayendo directo sobre su oponente. Un millar de pájaros chirriantes, y un resplandor eléctrico surgían de la mano de Yota, el cuál esperaba allí dispuesto a ensartarlo, cual rapaz espera a que el ratón salga de la madriguera.
Ni modo había de que el Inuzuka esquivase eso.
Conforme caía, usó su mejor técnica defensiva. Una técnica milenaria que pocos shinobis conocían bien, quizás considerada un jutsu prohibido...
—Técnica de la defensa arácnida... —susurró a duras penas, cayendo con el compañero de Yota a modo de escudo.
La llamada Kumopansa se llevaría todo el impacto, aunque no sería la única. Por suerte o por desgracia, el jutsu sin duda atravesaría hasta dar con Etsu, seguramente con mucha menos potencia de la que debería, al menos en lo correspondiente a potencia incisiva.
—¡Aaaagh! —Tuvo que quejarse, no le quedó más remedio.
Recibido el golpe, Etsu atacó con lo que tenía mas cerca de su antagonista. Lanzó un cabezazo directo al rostro de Yota, y trataría de alejarse un poco a base de una patada que lo impulsaría como si de un empujón se tratase. Ésta última no tenía apenas potencia de golpeo, se trataba más bien de ganar distancia.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~