12/04/2020, 11:33
—¡Ja! Pues eso estaría muy bien, oye. Quizá un día, en un futuro, deberíamos organizar uno, ¿sabes? Aunque no sea oficial. Simplemente ponemos carteles por toda la Villa diciendo que nos vamos a juntar para un torneillo y, básicamente, darnos de hostias. Sin mayores pretensiones. —Bueno, eso estaba bien, pero tener como trofeo un arma de los Sasaki seguro que atraía muchos mas combatientes que gente pegándose por que si.Eso era muy de Kusajin.—Se podría hacer incluso por equipos, ¿sabes? Para potenciar y premiar los grupos. Apuesto a que sería más divertido de ver.
Eso igual era un lío, pero podía ser divertido. Sobretodo si las parejas se hacían aleatorias, podías aprender a trabajar en equipo con alguien con el que jamas lo hubieras ni planeado. E incluso podría hacer que se estrecharan los lazos.
—Y sobre lo de usar el poder de Shukaku en mi beneficio… A ver, somos un equipo, ¿recuerdas? ¿Acaso un Inuzuka no lucha junto a su can? ¿Acaso…?
¿Estaba comparando tener un Bijuu con tener un perro? Si. Lo estaba haciendo y de pronto...
—. ¿Me estás comparando con un perro?
—¿Pero que...?
La voz salia del propio cuerpo de Datsue. No era como Ayame, que podía sacarlo como fuera, aunque en tamaño algo reducido. Pero si eso era Shukaku, estaba usando el cuerpo de Datsue.
—. ¿Qué…? N-no…
No, que vaaaa, para naaaaaada.
—. ¡¿Me estás comparando con un PUTO PERRO?!
Estaba claro que sí que era Shukaku. Y también que si, Datsue lo había comparado con un perro, aunque ahora estuviese excusándose.
»Qué no, Shukaku, coño. Que era una manera de hablar. Algo torpe por mi parte. Lo que quería decir es que...
»¿Torpe? ¿¡TORPE!? Torpe es soltar una bijūdama y convertiros a todos en comida para cuervos. ¡Eso sí sería torpe! ¡JIA JIA JIA! ¡Así que no me contagies tu torpeza! ¿Lo pillas?
—Si apuntas hacia Kusagakure... Mientras la Morikage está allí... Nadie te culpará por ser torpe...
Esperaba que pillara las bromas, aunque si se lo tomaba en serio... En fin, ellos querían matarle a él, a Kokuō y chōmei, si se le escapaba una bijuudama gigante, pues... Quizás tampoco pasaba nada. Total, la Morikage había amenazado a los Bijuus de muerte y prohibido la entra de los Jinchuriki al pais del bosque.
—Ehmm… ¿De qué estábamos hablando?
—Pues me estabas contando lo del trabajo en equipo cuando has comprado a los bijuus con mascotas y lo que parecer ser la voz de Shukaku te ha interrumpido, con razón.
»Oye... La otra vez cuando os conté lo de Gyūki, no podía escucharle.
Eso igual era un lío, pero podía ser divertido. Sobretodo si las parejas se hacían aleatorias, podías aprender a trabajar en equipo con alguien con el que jamas lo hubieras ni planeado. E incluso podría hacer que se estrecharan los lazos.
—Y sobre lo de usar el poder de Shukaku en mi beneficio… A ver, somos un equipo, ¿recuerdas? ¿Acaso un Inuzuka no lucha junto a su can? ¿Acaso…?
¿Estaba comparando tener un Bijuu con tener un perro? Si. Lo estaba haciendo y de pronto...
—. ¿Me estás comparando con un perro?
—¿Pero que...?
La voz salia del propio cuerpo de Datsue. No era como Ayame, que podía sacarlo como fuera, aunque en tamaño algo reducido. Pero si eso era Shukaku, estaba usando el cuerpo de Datsue.
—. ¿Qué…? N-no…
No, que vaaaa, para naaaaaada.
—. ¡¿Me estás comparando con un PUTO PERRO?!
Estaba claro que sí que era Shukaku. Y también que si, Datsue lo había comparado con un perro, aunque ahora estuviese excusándose.
»Qué no, Shukaku, coño. Que era una manera de hablar. Algo torpe por mi parte. Lo que quería decir es que...
»¿Torpe? ¿¡TORPE!? Torpe es soltar una bijūdama y convertiros a todos en comida para cuervos. ¡Eso sí sería torpe! ¡JIA JIA JIA! ¡Así que no me contagies tu torpeza! ¿Lo pillas?
—Si apuntas hacia Kusagakure... Mientras la Morikage está allí... Nadie te culpará por ser torpe...
Esperaba que pillara las bromas, aunque si se lo tomaba en serio... En fin, ellos querían matarle a él, a Kokuō y chōmei, si se le escapaba una bijuudama gigante, pues... Quizás tampoco pasaba nada. Total, la Morikage había amenazado a los Bijuus de muerte y prohibido la entra de los Jinchuriki al pais del bosque.
—Ehmm… ¿De qué estábamos hablando?
—Pues me estabas contando lo del trabajo en equipo cuando has comprado a los bijuus con mascotas y lo que parecer ser la voz de Shukaku te ha interrumpido, con razón.
»Oye... La otra vez cuando os conté lo de Gyūki, no podía escucharle.