14/04/2020, 17:50
—¡ESCÚCHAME BIEN MALDITO INSECTO!
Datsue se había transformado, y un brazo de arena me apretaba con fuerza contra el cerezo en el que hacia un segundo había estado sentado tranquilamente.
Era fuerte, eso sin duda. Y su voz era aterradora. Pero no sentía la misma presión en el ambiente que sentí cuando Kokuō partió un árbol por la mitad de un coletazo, cabreada al enterarse de que su hermano pretendía encerrar a quienes se le opusieran. O era menos poderoso, o se estaba conteniendo, o Datsue lo estaba conteniendo.
De cualquier modo, aunque forcejeara, no parecía que pudiera escapar de ahí por mi mismo, estaba claro que la fuerza de un Bijuu era muy superior a la mia, aunque yo también podía tenerla...
—¡PRIMERO DE TODO, AL DESIERTO NO SE LE PUEDE DESTRUIR! ¡PORQUE EL DESIERTO SE ALIMENTA DE LA DESTRUCCIÓN! ¡CRECE DE LA MUERTE Y LA DEVASTACIÓN! ¡¿COMPRENDES?! ¡¡SEGUNDO!! —La presión de la arena se hizo mas fuerte, pero estaba seguro de que si usaba el poder de Gyūki, podría librarme. Pero no me lo había dado para enfrentarme a sus hermanos, me lo había dado para unirlos y convencerlos de que lucharemos todos juntos. Usarlo en ese momento, sería desperdiciarlo. A no ser que quisiera matarme, entonces ni lo dudaría.—¡¡NO VUELVAS A COMPARAR A MI HIJO CON UN PUTO ESMIRRIADO QUE SU MEJOR ATAQUE ERA CLAVARTE UNA AGUJA EN EL PECHO!! ¡¡MI HIJO SE CEPILLÓ LOS DIENTES CON TU KAGE Y LUEGO TUVO TIEMPO DE CONVERTIR EN PAPILLA PARA ANCIANOS A UNO DE ESOS GENERALES QUE TANTO TEMES!! ¡¡¡Y TERCERO!!! ¡¡¡YO TE DIRÉ CÓMO HACES FRENTE A ALGO ASÍ!!! ¡¡¡ARRANCANDO CADA UNA DE SUS COLAS Y COLGÁNDOLAS DEL ÁRBOL MÁS ALTO DE CADA PUTO PAÍS DE ŌNINDO!!! ¡¡¡PORQUE ESO ES LO QUE HACEMOS!!! ¡¡¡JIAJIAJIAJIAJIAJIAJIA!!!
Su hijo necesito la ayuda de otras tres personas para poder derrotar a uno solo de los generales, pero igual decirlo en voz alta, empeoraba la situación. E insistía. Matar a Kuramara no era derrotarlo, era solo atrasar sus planes. ¿Pero para que seguir? ¿Acaso iba a conseguir algo discutiendo con Shukaku excepto cabrearlo más?
Tenía que haberme callo. Tenia que haber dicho aquella información solo con Hanabi delante.
—No voy a permitir que los esfuerzos de Gyūki acaben por los suelos. — Dije mirando a Datsue mientras apretaba con fuerza la vaina de la espada en mi mano. Pero no me estaba dirigiendo él. —Aunque me gane tu odio y quieras matarme, no os diré donde se esconde Kurama. Se lo diré solo y únicamente a Hanabi. Si queréis la información, pedidsela a Ayame y a Kokuō.
«Que sean ellas las que os manden a la muerte» . Que no pese sobre mis hombros mandar al traste todo por lo que se había esforzado Gyūki. Ni todos sus sacrificios.
Evidentemente que shukaku podía matarme, y Datsue, si quisiera, también. Pero no pensaba quedarme de brazos cruzados, escondido en una esquina. Gyūki se había arriesgado a quedar encerrado en una vasija dios sabe donde para poder trasmitir el mensaje. No, no podía dejar que se suicidaran para demostrar que tenían la cola mas grande de Oonindo. Eso no pesaría sobre mis hombros.
Datsue se había transformado, y un brazo de arena me apretaba con fuerza contra el cerezo en el que hacia un segundo había estado sentado tranquilamente.
Era fuerte, eso sin duda. Y su voz era aterradora. Pero no sentía la misma presión en el ambiente que sentí cuando Kokuō partió un árbol por la mitad de un coletazo, cabreada al enterarse de que su hermano pretendía encerrar a quienes se le opusieran. O era menos poderoso, o se estaba conteniendo, o Datsue lo estaba conteniendo.
De cualquier modo, aunque forcejeara, no parecía que pudiera escapar de ahí por mi mismo, estaba claro que la fuerza de un Bijuu era muy superior a la mia, aunque yo también podía tenerla...
—¡PRIMERO DE TODO, AL DESIERTO NO SE LE PUEDE DESTRUIR! ¡PORQUE EL DESIERTO SE ALIMENTA DE LA DESTRUCCIÓN! ¡CRECE DE LA MUERTE Y LA DEVASTACIÓN! ¡¿COMPRENDES?! ¡¡SEGUNDO!! —La presión de la arena se hizo mas fuerte, pero estaba seguro de que si usaba el poder de Gyūki, podría librarme. Pero no me lo había dado para enfrentarme a sus hermanos, me lo había dado para unirlos y convencerlos de que lucharemos todos juntos. Usarlo en ese momento, sería desperdiciarlo. A no ser que quisiera matarme, entonces ni lo dudaría.—¡¡NO VUELVAS A COMPARAR A MI HIJO CON UN PUTO ESMIRRIADO QUE SU MEJOR ATAQUE ERA CLAVARTE UNA AGUJA EN EL PECHO!! ¡¡MI HIJO SE CEPILLÓ LOS DIENTES CON TU KAGE Y LUEGO TUVO TIEMPO DE CONVERTIR EN PAPILLA PARA ANCIANOS A UNO DE ESOS GENERALES QUE TANTO TEMES!! ¡¡¡Y TERCERO!!! ¡¡¡YO TE DIRÉ CÓMO HACES FRENTE A ALGO ASÍ!!! ¡¡¡ARRANCANDO CADA UNA DE SUS COLAS Y COLGÁNDOLAS DEL ÁRBOL MÁS ALTO DE CADA PUTO PAÍS DE ŌNINDO!!! ¡¡¡PORQUE ESO ES LO QUE HACEMOS!!! ¡¡¡JIAJIAJIAJIAJIAJIAJIA!!!
Su hijo necesito la ayuda de otras tres personas para poder derrotar a uno solo de los generales, pero igual decirlo en voz alta, empeoraba la situación. E insistía. Matar a Kuramara no era derrotarlo, era solo atrasar sus planes. ¿Pero para que seguir? ¿Acaso iba a conseguir algo discutiendo con Shukaku excepto cabrearlo más?
Tenía que haberme callo. Tenia que haber dicho aquella información solo con Hanabi delante.
—No voy a permitir que los esfuerzos de Gyūki acaben por los suelos. — Dije mirando a Datsue mientras apretaba con fuerza la vaina de la espada en mi mano. Pero no me estaba dirigiendo él. —Aunque me gane tu odio y quieras matarme, no os diré donde se esconde Kurama. Se lo diré solo y únicamente a Hanabi. Si queréis la información, pedidsela a Ayame y a Kokuō.
«Que sean ellas las que os manden a la muerte» . Que no pese sobre mis hombros mandar al traste todo por lo que se había esforzado Gyūki. Ni todos sus sacrificios.
Evidentemente que shukaku podía matarme, y Datsue, si quisiera, también. Pero no pensaba quedarme de brazos cruzados, escondido en una esquina. Gyūki se había arriesgado a quedar encerrado en una vasija dios sabe donde para poder trasmitir el mensaje. No, no podía dejar que se suicidaran para demostrar que tenían la cola mas grande de Oonindo. Eso no pesaría sobre mis hombros.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)