17/04/2020, 20:54
Daruu tosió. Chiiro soltó una pedorreta y le entró un ataque de hipo. Pero Kiroe ni siquiera se molestó en disimular, se echó a reír entre carcajadas. Y Zetsuo clavó una mirada asesina entre los tres miembros de la familia Amedama.
—¡¿De qué cojones te estás riendo ahora, Pastelera?! —bramó, estampando la palma de la mano contra la mesa.
—¡Madre mía, pero qué exagerado, pobrecillas! —respondió ella, sin dejar de reír—. Se notaba que tenían algo guardado de antes. ¿No te acuerdas de nuestra pelea en aquél torneo? Te pateé el culo por no saber controlar los nervios.
Ayame parpadeó, genuinamente sorprendida. ¿Su padre? ¿Perdiendo los nervios? Abrió la boca para preguntar al respecto, pero Kōri se lo impidió metiéndole un dango en la boca de golpe.
Nuevo golpetazo a la mesa.
—¡Eso es cosa del pasado, joder! —bramaba el médico, con las mejillas al rojo vivo y la vena de la sien a punto de estallarle—. ¡Y es precisamente a eso es a lo que me refiero! ¡Los sentimientos nos vuelven débiles! ¡Y un torneo frente a los Señores Feudales es el peor lugar para demostrarlo, por detrás de una guerra! ¡Si necesitan arreglar sus tonterías de adolescentes hormonadas que lo hagan fuera del estadio!
Zetsuo se levantó de golpe, y se dirigió a la barra del local.
—¡¿De qué cojones te estás riendo ahora, Pastelera?! —bramó, estampando la palma de la mano contra la mesa.
—¡Madre mía, pero qué exagerado, pobrecillas! —respondió ella, sin dejar de reír—. Se notaba que tenían algo guardado de antes. ¿No te acuerdas de nuestra pelea en aquél torneo? Te pateé el culo por no saber controlar los nervios.
Ayame parpadeó, genuinamente sorprendida. ¿Su padre? ¿Perdiendo los nervios? Abrió la boca para preguntar al respecto, pero Kōri se lo impidió metiéndole un dango en la boca de golpe.
¡BAM!
Nuevo golpetazo a la mesa.
—¡Eso es cosa del pasado, joder! —bramaba el médico, con las mejillas al rojo vivo y la vena de la sien a punto de estallarle—. ¡Y es precisamente a eso es a lo que me refiero! ¡Los sentimientos nos vuelven débiles! ¡Y un torneo frente a los Señores Feudales es el peor lugar para demostrarlo, por detrás de una guerra! ¡Si necesitan arreglar sus tonterías de adolescentes hormonadas que lo hagan fuera del estadio!
Zetsuo se levantó de golpe, y se dirigió a la barra del local.