18/04/2020, 11:44
(Última modificación: 18/04/2020, 11:45 por Uchiha Akame.)
Ebisu tomó un ruidoso sorbo a su café.
—Muy aguda, joven detective —respondió a la pregunta de Ren—. Al final los ninjas no dejamos de ser currantes, por mucho que a más de un jōnin se le haya subido el rango a la cabeza. Mirad, no es que yo sea el "sargento de hierro", pero la verdad es que nada anima más a un par de genin como vosotros a espabilar que partirse el espinazo cargando cajas.
De nuevo, por el tono de voz y la forma de expresar sus ideas no parecía que aquel chūnin quisiera burlarse de ellos o hacerles miserables, pero por otra parte su desparpajo y carencia de filtro podían interpretarse de muchas maneras. El joven maestro terminó su café y, mirando el reloj, animó a sus pupilos a ponerse en marcha.
—Va, vamos, que tenemos que estar allí antes de las doce. Suerte que no íbamos apretados de tiempo, pero Ren, cómprate ese despertador, ¿eh? —apostilló—. Especialmente cuando vayamos a currar para tíos como este tal Yamaguchi. Los peces gordos suelen ser bastante más capullos y menos tolerantes con la impuntualidad que vuestro ilustre maestro Ebisu-sensei.
Sin más ni más, el chūnin pagó el café en la barra y salió al frío y lluvioso exterior. Una vez allí, comenzó a caminar calle arriba, esperando que sus alumnos le siguieran.
—Por ser vuestra primera misión en equipo, os acompañaré para asegurarme de que no la liais parda. Además, la alternativa era quedarme pasando informes a limpio y, meh —se encogió de hombros—. Aunque ya me he leído vuestros expedientes —en serio, me los he leído, creo que soy el primer sensei de la historia que no miente con esto—, ¿qué tal si ponemos en común vuestras habilidades? Por increíble que parezca, las probabilidades de morir de forma horrible en una misión se reducen más cuanto mejor conoces a tus compañeros.