Manos manchadas

[Uchiha Datsue]

Hubo un breve silencio, lleno de tensión. ¿Era aquella una amenaza velada? ¿O solo un agravio contra el archienemigo de Shukaku? Datsue temió que su Padre interpretase lo primero. Por primera vez, se asustó de verdad de lo que pudiese hacer. Datsue contaba con cierto margen para vacilar, replicar y encararse con Shukaku. Un margen pequeño, cabía decir, y eso que se había ganado su aprecio y respeto. Los que no se lo habían ganado...

—¡JAAJIAJIAJIAJIA! Está en un cuerpo humano, así que es posible.

... bueno, esperaba no llegar nunca a descubrirlo. Profundamente aliviado, luchó por salir al exterior y bufó. Ambos —no, más bien los tres— sabían que no iba a ser tan fácil.

—Cambiando de tema —intervino, recuperando su aspecto normal—, ¿qué te parece si te coloco un sello de la Hermandad Intrépida? —Reiji no paraba de meterse en líos, para bien o para mal, y Datsue opinaba que no le haría ningún daño tener un vía de contacto directo con un uzujin. Por si las moscas—. Ya sabes, únicamente para comunicarse en casos de urgencia.