19/04/2020, 19:49
Kiroe se levantó del taburete de la barra.
—Bueno, voy a mear —dijo con una risilla—. Que tengo que vacíar la vejiga para todo ese sake, ¿eh? ¡Espero que estés preparado! —Con todo el desparpajo, la mujer le dio una palmada en la espalda a Zetsuo y se dirigió a los servicios.
Allí, se metió en el baño de mujeres, se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada y buscó una ventana. «Oh, esta no te la esperas, viejo estratega», pensó con malicia mientras la abría y se mordía la yema del dedo pulgar. Dibujó una pequeña marca en la parte exterior del marco, y volvió a cerrarla.
Salió del servicio suspirando como si acabase de orinar el océano que rodea a Oonindo. La botella de sake ya les esperaba, junto a dos vasos bajos que se encargó de rellenar, bien hasta arriba.
—Salud, capullo —dijo, y se llevó todo el contenido al gaznate. De un trago.
—Bueno, voy a mear —dijo con una risilla—. Que tengo que vacíar la vejiga para todo ese sake, ¿eh? ¡Espero que estés preparado! —Con todo el desparpajo, la mujer le dio una palmada en la espalda a Zetsuo y se dirigió a los servicios.
Allí, se metió en el baño de mujeres, se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada y buscó una ventana. «Oh, esta no te la esperas, viejo estratega», pensó con malicia mientras la abría y se mordía la yema del dedo pulgar. Dibujó una pequeña marca en la parte exterior del marco, y volvió a cerrarla.
Salió del servicio suspirando como si acabase de orinar el océano que rodea a Oonindo. La botella de sake ya les esperaba, junto a dos vasos bajos que se encargó de rellenar, bien hasta arriba.
—Salud, capullo —dijo, y se llevó todo el contenido al gaznate. De un trago.