21/04/2020, 16:41
—Es una lástima que Datsue-san no lo haya conseguido —le dijo a su alumno, luego, se giró hacia el lado de las gradas—. Vamos. Quizá Datsue aún no se haya marchado y siga por la zona del otro día. Así podremos hablar con él y ver cómo está.
—Sí, vamos —acepto el peliblanco mientras se dirigían a interceptar al mentado.
La plaza se vaciaba con rapidez, por lo que en el camino que llevaba a ella sería fácil dar con el Uchiha. Kazuma sería el primero en acercarse, y, por tanto, en notar que su sensei y el competidor tenían algo en común…: su humor no parecía ser el mejor. Normalmente les diría que no pasaba nada, que esas cosas pasan; pero dada la situación, pensó que incluso seria irrespetuoso. Sin embargo, sentía la necesidad de hacer algo para mejorar el ambiente, al menos para que quisiesen conversar. Entonces vio una tienda e inmediatamente recordó un anuncio, que no sabía dónde o cuando lo había visto pero que yacía en su memoria.
«Nada para alegrar el día como una buena hamburguesa», se repitió mentalmente al ver aquel negocio a un lado de la calle.
El local se veía sencillo, con varias mesas de madera rustica y el típico olor de carne a la parrilla. Las mesas estaban afuera, con capacidad para cuatro personas y protegidas por unas enormes sombrillas. Y puede que fuese el hambre, pero pese a cuidar su alimentación, en aquel momento deseaba una enorme y grasosa hamburguesa y una de esas bebidas carbonatadas tan frías que provocan cierto ardor agradable en la garganta.
—Esto… Hace hambre y ya es pasada la hora de almuerzo —arrojo, como a quien no le importa la cosa—. ¿Qué tal si comemos algo allí y descansamos un rato? Yo invito.
Propuso mientras señalaba el local frente al cual habrían de estar pasando.
—Sí, vamos —acepto el peliblanco mientras se dirigían a interceptar al mentado.
La plaza se vaciaba con rapidez, por lo que en el camino que llevaba a ella sería fácil dar con el Uchiha. Kazuma sería el primero en acercarse, y, por tanto, en notar que su sensei y el competidor tenían algo en común…: su humor no parecía ser el mejor. Normalmente les diría que no pasaba nada, que esas cosas pasan; pero dada la situación, pensó que incluso seria irrespetuoso. Sin embargo, sentía la necesidad de hacer algo para mejorar el ambiente, al menos para que quisiesen conversar. Entonces vio una tienda e inmediatamente recordó un anuncio, que no sabía dónde o cuando lo había visto pero que yacía en su memoria.
«Nada para alegrar el día como una buena hamburguesa», se repitió mentalmente al ver aquel negocio a un lado de la calle.
El local se veía sencillo, con varias mesas de madera rustica y el típico olor de carne a la parrilla. Las mesas estaban afuera, con capacidad para cuatro personas y protegidas por unas enormes sombrillas. Y puede que fuese el hambre, pero pese a cuidar su alimentación, en aquel momento deseaba una enorme y grasosa hamburguesa y una de esas bebidas carbonatadas tan frías que provocan cierto ardor agradable en la garganta.
—Esto… Hace hambre y ya es pasada la hora de almuerzo —arrojo, como a quien no le importa la cosa—. ¿Qué tal si comemos algo allí y descansamos un rato? Yo invito.
Propuso mientras señalaba el local frente al cual habrían de estar pasando.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)