Manos manchadas

[Uchiha Datsue]

—Bueno, nos ha cerrado fronteras, eso es medio amenazarnos de muerte. Si fuese una amenaza de verdad, estaría aprovechando el torneo para acabar con nosotros. —Y pese a que Datsue se lo había preguntado alguna que otra vez, su conclusión fue que no iba a ser tan estúpida. Porque entonces sí sería una suicida—. Está claro que ha tensado la cuerda. Si Ayame o yo nos vemos obligados a cruzar el País del Bosque y nos pasa algo en el trayecto… —No terminó la frase, pero Reiji sabía de las implicaciones—. Pero ella cuenta con que no cruzaremos. Ha tensado la cuerda, pero porque sabe que puede tensarla sin que quemen con su Villa. O eso pienso yo, vaya. No la conozco. No tengo datos sobre ella. Solo podemos hacer suposiciones.

Datsue había meditado mucho sobre ello, y aquella era la conclusión a la que había llegado. Kintsugi era una hija de puta que quería ver muertos a Ayame y a él mismo, pero no tan loca como para condenar a su propia Villa en su objetivo. Era inteligente, lo cual la hacía peligrosa.

—Bueno, antes de preocuparnos por esa alianza Hierro-Tormenta-Espiral, hay que recuperar a la verdadera madre de Yuuna. Paso a paso, compañero. De todas formas, teniendo a Yuuna aquí, no es algo que me preocupe. Apuesto a que sabrán ser agradecidos.