25/04/2020, 19:37
Daigo se sentó junto a sus amigos, preparado para hablar de todo lo que había sucedido hasta ahora, pero se le había olvidado que estaban en un restaurante y que debían ordenar en algún momento o simplemente estarían allí ocupando espacio.
El chico miró a su alrededor de forma disimulada. El lugar era grande y estaba clarísimo que era el restaurante más lujoso al que había entrado en toda su vida, aunque eso no decía mucho.
Por suerte, ahí estaba Hakuto para salvar el día, ofreciéndose a invitar la parrillada. A Daigo le daba algo de pena aceptar, pero sabía que acabaría devolviéndoles el favor tarde o temprano.
¿O acabaría invitando Etsu? De todos modos, el Inuzuka levantó la mano para llamar la atención de algún camarero mientras comentaba un poco sobre su combate.
—Sí... —ya había escuchado lo que había sucedido, aunque todavía aún seguía sin entenderlo.
Mientras Etsu hacía su pedido, el peliverde tomó uno de los menús para apresurarse a escoger.
—A mí me gustarían unas costillas a la barbacoa, con arroz —dijo, eso de masticar sería un poco complicado, pero nada que no pudiera superar si tenía un plato de costillas delante—, y una amecola, por favor
El chico esperaría a que Ranko y Kuumi ordenaran antes de volver a hablar.
—He escuchado que también has ganado tu combate, Sagisō-chan.
El chico miró a su alrededor de forma disimulada. El lugar era grande y estaba clarísimo que era el restaurante más lujoso al que había entrado en toda su vida, aunque eso no decía mucho.
Por suerte, ahí estaba Hakuto para salvar el día, ofreciéndose a invitar la parrillada. A Daigo le daba algo de pena aceptar, pero sabía que acabaría devolviéndoles el favor tarde o temprano.
¿O acabaría invitando Etsu? De todos modos, el Inuzuka levantó la mano para llamar la atención de algún camarero mientras comentaba un poco sobre su combate.
—Sí... —ya había escuchado lo que había sucedido, aunque todavía aún seguía sin entenderlo.
Mientras Etsu hacía su pedido, el peliverde tomó uno de los menús para apresurarse a escoger.
—A mí me gustarían unas costillas a la barbacoa, con arroz —dijo, eso de masticar sería un poco complicado, pero nada que no pudiera superar si tenía un plato de costillas delante—, y una amecola, por favor
El chico esperaría a que Ranko y Kuumi ordenaran antes de volver a hablar.
—He escuchado que también has ganado tu combate, Sagisō-chan.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.