26/04/2020, 17:36
—Uff, raro es corto —Kuumi señaló a ambos Inuzuka —. Pelearon contra el tal Sasagani, ¿verdad? Eso hizo bastaaaante revuelo en las gradas. En todas partes, diría yo.
Ranko bajó la mirada. Había escuchado ya eso. Yota había sido degradado y ya no era oficialmente un ninja. Le costaba asimilarlo, pues hacía unos meses había comenzado a ser parte de su equipo, y hasta había tenido una misión con él y Sora. No se había topado con él después de la primera ronda.
—Creo… —Pero se interrumpió, luego se dirigió a la mesera. Sí, era mejor lidiar con las órdenes antes de la plática —. Creo q-que… que pediré l-la carne a la p-parrilla. Y-y-y dos órdenes de brochetas de pollo, y una de verduras al vapor. Y…
—Ramen para mí, ¿sí? —Se metió Kuumi, alzando una mano.
—Y una Amecola también. P-para cada una.
—Ajá, ajá. Entendido. ¡En un momento traeremos sus órdenes! —La mesera se despidió con total amabilidad.
—¡Ja, que si lo ganó! —respondió Kuumi al comentario de Daigo —. ¡Se enfrentó a un marionetista, y lo dejó sin marioneta en un dos por tres!
Luego soltó una carcajada. Ranko enrojeció intensamente.
—K-Kuu-chan, por favor…
—¿Qué? ¿Me vas a decir que no es verdad?
La artista marcial frunció los labios, apenada. Sí, mentalmente estaba dispuesta a llamarse “Hakuto” a sí misma y a dárselas de heroína. Pero allí, enfrente de sus amigos… Sentía que no era algo para presumir. Aunque Kuumi, por supuesto, pensaba lo contrario.
—Tengo entendido que serán varias rondas para dejar a todos los participantes en una… ¿cómo decirlo? ¿Clasificación? De primer a octavo lugar, creo. ¿No?
Ranko también estaba interesada (bastante) en cómo seguiría el torneo, pero le apenaba preguntar. ¿Se sentiría mal Daigo si mencionaba su derrota? ¿Pondría incómodo a Etsu si salía a conversación que ganó por descalificación? Ranko se mordió un labio, nerviosa.
Ranko bajó la mirada. Había escuchado ya eso. Yota había sido degradado y ya no era oficialmente un ninja. Le costaba asimilarlo, pues hacía unos meses había comenzado a ser parte de su equipo, y hasta había tenido una misión con él y Sora. No se había topado con él después de la primera ronda.
—Creo… —Pero se interrumpió, luego se dirigió a la mesera. Sí, era mejor lidiar con las órdenes antes de la plática —. Creo q-que… que pediré l-la carne a la p-parrilla. Y-y-y dos órdenes de brochetas de pollo, y una de verduras al vapor. Y…
—Ramen para mí, ¿sí? —Se metió Kuumi, alzando una mano.
—Y una Amecola también. P-para cada una.
—Ajá, ajá. Entendido. ¡En un momento traeremos sus órdenes! —La mesera se despidió con total amabilidad.
—¡Ja, que si lo ganó! —respondió Kuumi al comentario de Daigo —. ¡Se enfrentó a un marionetista, y lo dejó sin marioneta en un dos por tres!
Luego soltó una carcajada. Ranko enrojeció intensamente.
—K-Kuu-chan, por favor…
—¿Qué? ¿Me vas a decir que no es verdad?
La artista marcial frunció los labios, apenada. Sí, mentalmente estaba dispuesta a llamarse “Hakuto” a sí misma y a dárselas de heroína. Pero allí, enfrente de sus amigos… Sentía que no era algo para presumir. Aunque Kuumi, por supuesto, pensaba lo contrario.
—Tengo entendido que serán varias rondas para dejar a todos los participantes en una… ¿cómo decirlo? ¿Clasificación? De primer a octavo lugar, creo. ¿No?
Ranko también estaba interesada (bastante) en cómo seguiría el torneo, pero le apenaba preguntar. ¿Se sentiría mal Daigo si mencionaba su derrota? ¿Pondría incómodo a Etsu si salía a conversación que ganó por descalificación? Ranko se mordió un labio, nerviosa.
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