Nuevas heridas, nuevos conocidos

[Uzumaki Eri]

—¿Tenía tu nivel y seguía siendo genin? —Eri asintió. Nabi había crecido con ella y habían recorrido un gran trecho juntos en aquel camino que habían decidido, pero él no se apuntó al examen de Chūnin cuando tuvo la ocasión y decidió mantenerse en la retaguardia—¿Reconocerme como un gran eslabón de la Aldea? Eso tiene que ser complicado, seguro que hay mucho nivel entre nuestros compañeros... ¡Pero jamás me rendiré! —Takumi contagió a Eri, realmente alegre por lo que había escuchado —Muchas gracias por tus consejos Eri-san, si que sabes animar a la gente.

A veces, ella era la viva imagen del dicho: consejos vendo, pero para mí, no tengo, y, en ese caso, con aquel consejo dado, intentó creérselo. Quería ser mejor para poder luchar por su villa si se precisara, predicando con un gran ejemplo siendo una jōnin ejemplar.

—Gracias a ti —agradeció Eri con una inclinación de cabeza—. Por escucharme, la verdad es que me anima saber que hay gente como tú en la villa, Takumi-san —y era cierto. Pese a que no fuera de Uzushiogakure desde el nacimiento, era un gran chico por lo que veía, y con ganas de aprender.

»¿Vas a ir a entrenar? —preguntó, tras unos segundos.