27/04/2020, 20:57
Saber de alguien que siendo genin y tenía el nivel de un jōnin le tranquilizó enormemente, la escala de rangos le aterraba y no quería ser un estorbo ni para otros compañeros ni para la Aldea que le acogía.
—Gracias a ti. —Inclinó su cabeza. —Por escucharme, la verdad es que me anima saber que hay gente como tú en la villa, Takumi-san.
—Mu-muchas gracias, pero n-no hace falta agradecérmelo Eri-san. —Dijo algo nervioso por la leve reverencia de su compañera. —Es un placer escuchar a alguien de tu nivel, aprendo un montón. —Acabó ya más tranquilo con una sonrisa.
—¿Vas a ir a entrenar? —Preguntó.
—Si, debería ponerme ya con ello, que estoy a nada de controlar por fin el Henge no Jutsu. —Sabía que aquella técnica no le ayudaría en el Torneo, pero es que ya estaba muy cerca y es algo básico en el oficio de todo ninja. Ya se pondría con algo de Raiton después de ello, aunque sin la tutela de su sensei le iba a costar dominar aquella naturaleza. —Además debería dejar de entretenerte, seguro que estás ajetreada también. —Sonrió ligeramente y se llevó la diestra a la nuca para rascársela.
Sabía que a veces se pasaba de hablador, tampoco quería incomodar a la pelirroja con sus cosas.
—Gracias a ti. —Inclinó su cabeza. —Por escucharme, la verdad es que me anima saber que hay gente como tú en la villa, Takumi-san.
—Mu-muchas gracias, pero n-no hace falta agradecérmelo Eri-san. —Dijo algo nervioso por la leve reverencia de su compañera. —Es un placer escuchar a alguien de tu nivel, aprendo un montón. —Acabó ya más tranquilo con una sonrisa.
—¿Vas a ir a entrenar? —Preguntó.
—Si, debería ponerme ya con ello, que estoy a nada de controlar por fin el Henge no Jutsu. —Sabía que aquella técnica no le ayudaría en el Torneo, pero es que ya estaba muy cerca y es algo básico en el oficio de todo ninja. Ya se pondría con algo de Raiton después de ello, aunque sin la tutela de su sensei le iba a costar dominar aquella naturaleza. —Además debería dejar de entretenerte, seguro que estás ajetreada también. —Sonrió ligeramente y se llevó la diestra a la nuca para rascársela.
Sabía que a veces se pasaba de hablador, tampoco quería incomodar a la pelirroja con sus cosas.