1/05/2020, 17:10
(Última modificación: 1/05/2020, 17:11 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
Kuumi asintió ante el recuento del combate contra Yota, sin embargo, cruzó los brazos cuando Etsu mencionó a los zombis. Por otro lado, Ranko estaba sorprendida.
—¿Aah? ¿Zombis? ¿De qué hablas? Te pusiste a tirar golpes a lo loco al aire. Luego Yota usó un Henge para convertirse en Sandaime-sama. Fue algo de pésimo gusto, la verdad.
—S-sí… —Ranko se encogió de hombros —. A-aunque no sé si ameritaba… Si lo que Yondaime-sama hizo… E-era necesario.
”Aunque la Morikage debe saber mejor… ¿no?”
Entonces, al escuchar el comentario de Daigo, Ranko se sonrojó incluso más, mientras que Kuumi soltó una carcajada.
—¡N-n-no fue cruel! ¡F-fue… fue estrategia! —La chica no pudo evitar apenarse bastante, aunque se asomaba una tímida sonrisa en ella. Pensaba que no debía de ocultar su orgullo, la felicidad de haber ganado. Y pensaba también que Daigo, a como era, no debía estar diciéndolo en serio, ¿no? —. S-sería como… Como desarmar a a-alguien. ¿No? Takumi-san fu-fue un buen combatiente, ¡t-tenía espíritu! Te-tenía muchos trucos, p-pero en uno contra uno… Supongo que yo… Yo tenía más preparación. Y aprendí mucho sobre… bueno, un poco, sobre… —El nombre de Eikyuu Juro surcó su mente de la nada —marionetistas.
—Y... ¿lo has podido ver desde entonces?
Ranko suspiró.
—No. Ni a él ni… ni a Kazuma-san.
Las hermanas bajaron la mirada casi al mismo tiempo. Kuumi ya le había contado que, en una batalla de espadas, un Uzujin llamado Reiji había herido de gravedad. Ella, al menos, no sabía qué había pasado con él después. Era bastante doloroso, y humillante, si le preguntaban a el padre de las chicas, que dos participantes de Kusagakure fuesen retirados así del torneo.
—¿Aah? ¿Zombis? ¿De qué hablas? Te pusiste a tirar golpes a lo loco al aire. Luego Yota usó un Henge para convertirse en Sandaime-sama. Fue algo de pésimo gusto, la verdad.
—S-sí… —Ranko se encogió de hombros —. A-aunque no sé si ameritaba… Si lo que Yondaime-sama hizo… E-era necesario.
”Aunque la Morikage debe saber mejor… ¿no?”
Entonces, al escuchar el comentario de Daigo, Ranko se sonrojó incluso más, mientras que Kuumi soltó una carcajada.
—¡N-n-no fue cruel! ¡F-fue… fue estrategia! —La chica no pudo evitar apenarse bastante, aunque se asomaba una tímida sonrisa en ella. Pensaba que no debía de ocultar su orgullo, la felicidad de haber ganado. Y pensaba también que Daigo, a como era, no debía estar diciéndolo en serio, ¿no? —. S-sería como… Como desarmar a a-alguien. ¿No? Takumi-san fu-fue un buen combatiente, ¡t-tenía espíritu! Te-tenía muchos trucos, p-pero en uno contra uno… Supongo que yo… Yo tenía más preparación. Y aprendí mucho sobre… bueno, un poco, sobre… —El nombre de Eikyuu Juro surcó su mente de la nada —marionetistas.
—Y... ¿lo has podido ver desde entonces?
Ranko suspiró.
—No. Ni a él ni… ni a Kazuma-san.
Las hermanas bajaron la mirada casi al mismo tiempo. Kuumi ya le había contado que, en una batalla de espadas, un Uzujin llamado Reiji había herido de gravedad. Ella, al menos, no sabía qué había pasado con él después. Era bastante doloroso, y humillante, si le preguntaban a el padre de las chicas, que dos participantes de Kusagakure fuesen retirados así del torneo.
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