1/05/2020, 17:45
Tras robar la identidad de Sumire, Kaido tomó su wakizashi y rebuscó entre sus bolsillos, encontrando una cartera con un par de billetes en el interior y un carnet con su foto, nombre y apellidos. No halló nada más, ni siquiera un comunicador.
Al avanzar, halló a Akame junto a cuatro Moneys y una Otohime que observaba todo atenta, pero sin intervenir. Akame, que también había tomado una wakizashi, y había hallado una cartera con algún que otro billete, un carnet y preservativo azul, también había encontrado el ansiado comunicador.
Dio unas directrices claras a todos, y los tres clones de Money —que se había quedado casi seco en chakra—, corrieron en las direcciones indicadas. Entonces, un pequeño cabo suelto se oyó en el oído derecho de Akame, allí donde se había colocado el comunicador.
—¿Gura, me recibes? —Era el guardia de la caseta. Aquel que había dejado inconsciente haciendo uso de su Saimingan, tras hacerle ver una ilusión de lo más curiosa—. ¡Volved aquí cagando leches! ¡Uzu nos ataca! ¡Acabo de informar y van a activar el Código Rojo de un momento a otro!
Fue entonces cuando ocurrió. Akame fue el primero en verlo. Una niebla que perdía en densidad, que se volvía menos opaca, menos espesa. Oh, pero el chakra seguía ahí. Haciendo de las suyas. Kaido lo vio en Akame. Y Akame lo vio en Kaido. Eran una especie de virutas de humo, que salían de su piel como si fuesen cuerpos ígneos. No, no eso. ¿Cómo describirlo mejor? Imagínense la fragancia de una persona, que por alguna razón tiene cuerpo y color, que es visible al ojo humano. Bien, pues ellos estaban empapados en un perfume de sangre, pues era el más puro carmesí el que los envolvía.
El Código Rojo había sido activado.
—¿Qué coño es esto? —soltó Otohime, alarmada. Era la única que no estaba siendo afectada por aquella técnica. Money, al igual que Akame y Kaido, sí estaba envuelto en rojo—. ¿Y por qué narices Kyūtsuki no nos avisó?
Si miraban a los cuerpos de Sumire y Gura, comprobarían que ellos tampoco estaban siendo afectados por la niebla sangrienta.
Uchiha Akame y Kaido vieron cómo de pronto la niebla perdía en intensidad, así cómo sus cuerpos empezaban a, por alguna extraña razón, emanar niebla roja. O más bien, era la niebla que les envolvía, y que tocaba sus cuerpos, que se teñía de carmesí como si causasen en ella algún tipo de reacción química.
El lado bueno es que ahora gozaban de bastante mayor campo visual. El lado malo es que había dos figuras envueltas en carmesí, allá a lo lejos, que habían empezado a correr en su dirección.
Al avanzar, halló a Akame junto a cuatro Moneys y una Otohime que observaba todo atenta, pero sin intervenir. Akame, que también había tomado una wakizashi, y había hallado una cartera con algún que otro billete, un carnet y preservativo azul, también había encontrado el ansiado comunicador.
Dio unas directrices claras a todos, y los tres clones de Money —que se había quedado casi seco en chakra—, corrieron en las direcciones indicadas. Entonces, un pequeño cabo suelto se oyó en el oído derecho de Akame, allí donde se había colocado el comunicador.
—¿Gura, me recibes? —Era el guardia de la caseta. Aquel que había dejado inconsciente haciendo uso de su Saimingan, tras hacerle ver una ilusión de lo más curiosa—. ¡Volved aquí cagando leches! ¡Uzu nos ataca! ¡Acabo de informar y van a activar el Código Rojo de un momento a otro!
Fue entonces cuando ocurrió. Akame fue el primero en verlo. Una niebla que perdía en densidad, que se volvía menos opaca, menos espesa. Oh, pero el chakra seguía ahí. Haciendo de las suyas. Kaido lo vio en Akame. Y Akame lo vio en Kaido. Eran una especie de virutas de humo, que salían de su piel como si fuesen cuerpos ígneos. No, no eso. ¿Cómo describirlo mejor? Imagínense la fragancia de una persona, que por alguna razón tiene cuerpo y color, que es visible al ojo humano. Bien, pues ellos estaban empapados en un perfume de sangre, pues era el más puro carmesí el que los envolvía.
El Código Rojo había sido activado.
—¿Qué coño es esto? —soltó Otohime, alarmada. Era la única que no estaba siendo afectada por aquella técnica. Money, al igual que Akame y Kaido, sí estaba envuelto en rojo—. ¿Y por qué narices Kyūtsuki no nos avisó?
Si miraban a los cuerpos de Sumire y Gura, comprobarían que ellos tampoco estaban siendo afectados por la niebla sangrienta.
Algo lejos de allí…
Uchiha Akame y Kaido vieron cómo de pronto la niebla perdía en intensidad, así cómo sus cuerpos empezaban a, por alguna extraña razón, emanar niebla roja. O más bien, era la niebla que les envolvía, y que tocaba sus cuerpos, que se teñía de carmesí como si causasen en ella algún tipo de reacción química.
El lado bueno es que ahora gozaban de bastante mayor campo visual. El lado malo es que había dos figuras envueltas en carmesí, allá a lo lejos, que habían empezado a correr en su dirección.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es