2/05/2020, 01:54
(Última modificación: 2/05/2020, 16:31 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Nuevamente ahí estaba, esperando su turno para pelear mientras pensaba en lo banal de las discusiones de algunos participantes con la organización por no haber recibido frutos secos en su zona de descanso previa al combate. Él no quería nada, estaba demasiado tenso y sabía que este combate sería muchísimo más difícil pues todos los que habían pasado a la siguiente ronda debían de ser duros oponentes. Confiaba en sus posibilidades, ciertamente, pero era consciente de que en su categoría había gente muy superior, solo esperaba no encontrarse con uno de esos frente a él esta vez. Pese a que el combate anterior había sido bastante sencillo, no estaba para nada confiado.
Salió a la zona de combate sin decir nada a los guardias y nuevamente, tratando de ignorar al público miró a su oponente. Esta vez su impasibilidad se veía perturbada por algunos nervios y más aún cuando supo que su oponente era aquella contra la que su amigo Takumi había perdido. No sabía demasiado, solo había escuchado entre algunos de los asistentes en conversaciones perdidas que el combate había sido corto y que había destrozado a Mono. Si eso era completamente cierto, era seguro que esa chica sería difícil. Conocía las habilidades de Takumi y a pesar de que él mismo era superior a él en cuanto a artes bélicas, alguien que vence rápido a un marionetista como Takumi no era digno de subestimar ni tomarse a broma.
Saludó a su oponente con un gesto frío y una reverencia aunque si era lo suficientemente observadora se daría cuenta de que aquella frialdad e inexpresion era solo una fachada que cubría los nervios que le estaban anudando la garganta y el estómago. Ya que había sido educada, decidió serlo él también pues era de buen ver corresponder a un rival con el mismo respeto que le había dado. Pese a ser un inadaptado, empezaba a comprender los códigos sociales y de respeto que tenían las personas en según que situaciones y los protocolos a seguir en ambientes como ese.
-Taka Kisame -Dijo con sequedad, haciendo un claro esfuerzo por articular palabra.
Viendo que había sido honorable en dejarle la iniciativa, quiso aprovecharla. En un entrenamiento habría sido caballeroso y le habría vuelto a ceder el privilegio, pero sabiendo lo poco que sabía de ella, no podía bajar la guardia, al menos hasta saber como demonios iba a defenderse, a atacarle... sus puntos fuertes y débiles. Comenzó a enlazar sellos una vez vio que se ponía en guardia y terminaba de hablar dejando apenas un segundo en el que sabía que ella se prepararía para comenzar. Era su mejor baza y no podía quedarse a la defensiva, quizás sería arriesgarse. Utilizar la misma estrategia dos veces era, cuanto menos, poco inteligente, pero no se le ocurría una mejor opción, ya había comprobado la efectividad de aquella técnica, habría que ver si colaba una segunda vez.
-Kasumi Jūsha no Jutsu -Masculló tratando de no mover demasiado los labios, en un tono de voz muy bajo.
Si la técnica era exitosa... De forma instantánea, unas copias idénticas a él comenzarían a emerger del suelo armadas con kunais, vestidos completamente de negro haciéndole ahora muy difícil de distinguir entre ellos. Solo se quedarian allí rodeandole. Trataría de mezclarse entre ellos imitando su reducida velocidad de movimiento y entonces volverúa su mirada hacia ella mientras avanzaba con aquel grupo de Kisames que prácticamente cubrían la pista a lo ancho, tratando, poco a poco, de acorrarlarla contra el borde.
Salió a la zona de combate sin decir nada a los guardias y nuevamente, tratando de ignorar al público miró a su oponente. Esta vez su impasibilidad se veía perturbada por algunos nervios y más aún cuando supo que su oponente era aquella contra la que su amigo Takumi había perdido. No sabía demasiado, solo había escuchado entre algunos de los asistentes en conversaciones perdidas que el combate había sido corto y que había destrozado a Mono. Si eso era completamente cierto, era seguro que esa chica sería difícil. Conocía las habilidades de Takumi y a pesar de que él mismo era superior a él en cuanto a artes bélicas, alguien que vence rápido a un marionetista como Takumi no era digno de subestimar ni tomarse a broma.
Saludó a su oponente con un gesto frío y una reverencia aunque si era lo suficientemente observadora se daría cuenta de que aquella frialdad e inexpresion era solo una fachada que cubría los nervios que le estaban anudando la garganta y el estómago. Ya que había sido educada, decidió serlo él también pues era de buen ver corresponder a un rival con el mismo respeto que le había dado. Pese a ser un inadaptado, empezaba a comprender los códigos sociales y de respeto que tenían las personas en según que situaciones y los protocolos a seguir en ambientes como ese.
-Taka Kisame -Dijo con sequedad, haciendo un claro esfuerzo por articular palabra.
Viendo que había sido honorable en dejarle la iniciativa, quiso aprovecharla. En un entrenamiento habría sido caballeroso y le habría vuelto a ceder el privilegio, pero sabiendo lo poco que sabía de ella, no podía bajar la guardia, al menos hasta saber como demonios iba a defenderse, a atacarle... sus puntos fuertes y débiles. Comenzó a enlazar sellos una vez vio que se ponía en guardia y terminaba de hablar dejando apenas un segundo en el que sabía que ella se prepararía para comenzar. Era su mejor baza y no podía quedarse a la defensiva, quizás sería arriesgarse. Utilizar la misma estrategia dos veces era, cuanto menos, poco inteligente, pero no se le ocurría una mejor opción, ya había comprobado la efectividad de aquella técnica, habría que ver si colaba una segunda vez.
-Kasumi Jūsha no Jutsu -Masculló tratando de no mover demasiado los labios, en un tono de voz muy bajo.
Si la técnica era exitosa... De forma instantánea, unas copias idénticas a él comenzarían a emerger del suelo armadas con kunais, vestidos completamente de negro haciéndole ahora muy difícil de distinguir entre ellos. Solo se quedarian allí rodeandole. Trataría de mezclarse entre ellos imitando su reducida velocidad de movimiento y entonces volverúa su mirada hacia ella mientras avanzaba con aquel grupo de Kisames que prácticamente cubrían la pista a lo ancho, tratando, poco a poco, de acorrarlarla contra el borde.