2/05/2020, 06:10
Efectivamente, su contrincante no sería la Uzujin rubia, sino el Amejin desconocido, quien se presentó como Taka Kisame. Era un chico de aspecto enfermizo, o al menos así lo pensó ella. Pero sería un error suponer que solo por eso sería débil. La Kusajin asintió e hizo el Sello de la Confrontación.
—Sagisō Ranko. —le respondió.
Se colocó en posición, adoptando la pose de combate del Hakuto no Mai. Sin embargo, fue él quien dio el primer paso en aquel baile. Después de algunos sellos y un susurro que Ranko no alcanzó a oír, un montón de copias de Kisame comenzaron a emerger de la plataforma.
—¿Eh? ¿Pero qué…?
El grupo de Kisames se movía lentamente, todos empuñando sendos kunai. Por un momento, Ranko no supo cómo reaccionar. ¿Se trataban de Bunshin? No, eran demasiados. Entonces, ¿qué…?
>(...) debes saber que no todo el mundo con quién he luchado ha visto mis genjutsus
Un recuerdo de algún tiempo atrás le golpeó la nuca, con la voz de Yota.
>Ooh… Nunca había visto uno así. ¡Qué interesante!
>¡Oh, sí! Los hay de muchos tipos. La verdad es que es una rama bastante Interesante...
¡Sí! Yota había utilizado el mismo Genjutsu en su combate de práctica con ella.
¡Ah! ¡Yota-san tenía razón! ¡Y debí de haber entrenado algo al respecto! Será lo siguiente que averiguaré. Ahora… ¿Cómo salgo de un Genjutsu? Ah, cierto, esa vez no salí… Yota me venció y acabó el combate. Lo que sí recuerdo es que cada que intentaba golpearlo, aparecían más.”
No sabía cómo lidiar con un truco así, sólo le quedaba encararlo a su manera: de frente. Bueno, con las piernas hacia adelante. De preferencia dirigidas al rostro del enemigo.
Comenzó a hacer sellos, y luego escupió lo que parecían ser dos piedras. Incluso antes de chocar contra el suelo, las piedras habían comenzado a transformarse, y continuaron así hasta convertirse en dos copias exactas de Ranko: una a su derecha y otra a su izquierda.
—Venga, chicas —dijo la original mientras desenvainaba a Higanbana, su wakizashi. Los clones hicieron lo mismo —. Recuerden, si se divide, no es el verdadero. ¡Sigan golpeando!
Con sendas espadas, las Rankos hicieron cara a los Kisames. Dejarían unos dos metros entre cada una y, cuando estuviesen cerca de sus oponentes, los atacarían con mandobles de sus sables. Aunque los vieran dividirse, intentarían mantenerse firmes y no retroceder. Tenían que enfocarse en darle al real, sólo en eso, aunque el Genjutsu, a pesar de saber que era uno, lo hacía todo muy difícil.
—Sagisō Ranko. —le respondió.
Se colocó en posición, adoptando la pose de combate del Hakuto no Mai. Sin embargo, fue él quien dio el primer paso en aquel baile. Después de algunos sellos y un susurro que Ranko no alcanzó a oír, un montón de copias de Kisame comenzaron a emerger de la plataforma.
—¿Eh? ¿Pero qué…?
El grupo de Kisames se movía lentamente, todos empuñando sendos kunai. Por un momento, Ranko no supo cómo reaccionar. ¿Se trataban de Bunshin? No, eran demasiados. Entonces, ¿qué…?
>(...) debes saber que no todo el mundo con quién he luchado ha visto mis genjutsus
Un recuerdo de algún tiempo atrás le golpeó la nuca, con la voz de Yota.
>Ooh… Nunca había visto uno así. ¡Qué interesante!
>¡Oh, sí! Los hay de muchos tipos. La verdad es que es una rama bastante Interesante...
¡Sí! Yota había utilizado el mismo Genjutsu en su combate de práctica con ella.
¡Ah! ¡Yota-san tenía razón! ¡Y debí de haber entrenado algo al respecto! Será lo siguiente que averiguaré. Ahora… ¿Cómo salgo de un Genjutsu? Ah, cierto, esa vez no salí… Yota me venció y acabó el combate. Lo que sí recuerdo es que cada que intentaba golpearlo, aparecían más.”
No sabía cómo lidiar con un truco así, sólo le quedaba encararlo a su manera: de frente. Bueno, con las piernas hacia adelante. De preferencia dirigidas al rostro del enemigo.
Comenzó a hacer sellos, y luego escupió lo que parecían ser dos piedras. Incluso antes de chocar contra el suelo, las piedras habían comenzado a transformarse, y continuaron así hasta convertirse en dos copias exactas de Ranko: una a su derecha y otra a su izquierda.
—Venga, chicas —dijo la original mientras desenvainaba a Higanbana, su wakizashi. Los clones hicieron lo mismo —. Recuerden, si se divide, no es el verdadero. ¡Sigan golpeando!
Con sendas espadas, las Rankos hicieron cara a los Kisames. Dejarían unos dos metros entre cada una y, cuando estuviesen cerca de sus oponentes, los atacarían con mandobles de sus sables. Aunque los vieran dividirse, intentarían mantenerse firmes y no retroceder. Tenían que enfocarse en darle al real, sólo en eso, aunque el Genjutsu, a pesar de saber que era uno, lo hacía todo muy difícil.
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