2/05/2020, 10:58
Eri volvía a estar nerviosa, esperando en aquel espacio con la compañía de una botella de agua ya que habían indicado que no podrían comer nada mientras esperaban. Daba vueltas como un león enjaulado, pero había algo positivo: al haber perdido la primera ronda ya no tenía tantos nervios como la vez anterior.
Pese a eso, seguía nerviosa por diversos motivos.
¿Quién estaría esperando para combatir con ella? ¿Cómo se llevaría a cabo el combate? Y si perdiera, ¿Hanabi se decepcionaría? Suspiró y tomó un trago largo de agua, luego se hizo más fuerte la coleta que apresaba sus cortos cabellos. Vestía lo mismo que la ocasión anterior.
No tardaron mucho más en llamarla, siguiendo de nuevo al samurái que le indicaba por donde ir hasta llegar a las puertas que daban con el ring. Era exactamente igual al de la ronda anterior. Por ello, el estómago de Eri dio un vuelco, sujeto por todos sus nervios que hacían que sus ojos no se fueran del otro extremo del lugar, aguardando, espectante, a quien vendría desde el otro lado.
Se colocó en su sitio y esperó.
«Venga Eri, por Uzushiogakure, por ti.»
Pese a eso, seguía nerviosa por diversos motivos.
¿Quién estaría esperando para combatir con ella? ¿Cómo se llevaría a cabo el combate? Y si perdiera, ¿Hanabi se decepcionaría? Suspiró y tomó un trago largo de agua, luego se hizo más fuerte la coleta que apresaba sus cortos cabellos. Vestía lo mismo que la ocasión anterior.
No tardaron mucho más en llamarla, siguiendo de nuevo al samurái que le indicaba por donde ir hasta llegar a las puertas que daban con el ring. Era exactamente igual al de la ronda anterior. Por ello, el estómago de Eri dio un vuelco, sujeto por todos sus nervios que hacían que sus ojos no se fueran del otro extremo del lugar, aguardando, espectante, a quien vendría desde el otro lado.
Se colocó en su sitio y esperó.
«Venga Eri, por Uzushiogakure, por ti.»