3/05/2020, 04:08
(Última modificación: 3/05/2020, 15:07 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.
Razón: Le teñí el cabello a Daigo
)
Ranko asintió ante el comentario de Etsu.
—Pues Yota-san s-sí sabe de Genjutsu.
—Como sea. Aunque esos combo-jutsus se vieron fantásticos.
Ranko no pudo más que imaginarlo. Sabía que Etsu y Akane luchaban juntos, como hermanos, pero no había visto sus técnicas de equipo, más que el can transformándose en humano. Después de un breve comentario acerca de enfrentar a un marionetista, el Inuzuka pasó el micrófono a Daigo, quien contó su enfrentamiento contra un tal Uchiha Datsue, quien había parado una Bijuudama.
”¿Bijuudama? Es eso… ¿El ataque de un jinchuuriki?” Ranko no era muy versada en el trasfondo de aquellas bestias. Sólo sabía que eran criaturas destructivas, y que había ciertas personas con dichas criaturas selladas. ”Qué miedo…”
Al parecer, aquel Uzujin era una bestia de chakra, lanzando jutsus potentes a diestra y siniestra. Al terminar, el peliverde pareció pedirle ayuda a Kuumi para terminar su relato.
—Bueno, el Uchicha quiso insultar a Yondaime-sama, o algo así, y tú lo evitaste, creo. Luego se lanzó con una bola de chakra giratorio y te la ensartó en el pecho. ¡Y luego saliste volando, dando vueltas! Si hubieras sido otra persona, me habría dado risa verlo. Aunque hasta me intimidó cómo peleaste, Verde-san. ¡Eres fiero!
La pelirroja rió. Antes de que alguien pudiese decir algo más, un par de meseras comenzaron a llevarles sus órdenes: primero todas las bebidas, luego el par de chuletones y el arroz, las costillas, el ramen, y las brochetas de pollo junto a las verduras.
—Aquí tienen. La carne a la parrilla tardará unos minutos más, mil disculpas.
—N-no hay problema. ¡Muchas gracias! —le respondió Ranko con toda amabilidad.
—Pues provecho, chicos. —dijo animada Kuumi, tomando la cucharita para probar primero la sopa, y luego se hizo de los palillos para separarlos y proseguir con los fideos.
Ranko ya había devorado la mitad de las verduras y un tercio de las brochetas para entonces. Tenía bastante hambre.
—Pues Yota-san s-sí sabe de Genjutsu.
—Como sea. Aunque esos combo-jutsus se vieron fantásticos.
Ranko no pudo más que imaginarlo. Sabía que Etsu y Akane luchaban juntos, como hermanos, pero no había visto sus técnicas de equipo, más que el can transformándose en humano. Después de un breve comentario acerca de enfrentar a un marionetista, el Inuzuka pasó el micrófono a Daigo, quien contó su enfrentamiento contra un tal Uchiha Datsue, quien había parado una Bijuudama.
”¿Bijuudama? Es eso… ¿El ataque de un jinchuuriki?” Ranko no era muy versada en el trasfondo de aquellas bestias. Sólo sabía que eran criaturas destructivas, y que había ciertas personas con dichas criaturas selladas. ”Qué miedo…”
Al parecer, aquel Uzujin era una bestia de chakra, lanzando jutsus potentes a diestra y siniestra. Al terminar, el peliverde pareció pedirle ayuda a Kuumi para terminar su relato.
—Bueno, el Uchicha quiso insultar a Yondaime-sama, o algo así, y tú lo evitaste, creo. Luego se lanzó con una bola de chakra giratorio y te la ensartó en el pecho. ¡Y luego saliste volando, dando vueltas! Si hubieras sido otra persona, me habría dado risa verlo. Aunque hasta me intimidó cómo peleaste, Verde-san. ¡Eres fiero!
La pelirroja rió. Antes de que alguien pudiese decir algo más, un par de meseras comenzaron a llevarles sus órdenes: primero todas las bebidas, luego el par de chuletones y el arroz, las costillas, el ramen, y las brochetas de pollo junto a las verduras.
—Aquí tienen. La carne a la parrilla tardará unos minutos más, mil disculpas.
—N-no hay problema. ¡Muchas gracias! —le respondió Ranko con toda amabilidad.
—Pues provecho, chicos. —dijo animada Kuumi, tomando la cucharita para probar primero la sopa, y luego se hizo de los palillos para separarlos y proseguir con los fideos.
Ranko ya había devorado la mitad de las verduras y un tercio de las brochetas para entonces. Tenía bastante hambre.
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