4/05/2020, 21:17
Datsue sonrió.
—¿Envenenarle, apuñalarte? Me da que te has fumado un buen puñado de yerba, compañero. Lo cual explicaría la máscara —se burló, sin devolver el sello de confrontación. No a él.
Su zurda rebuscó en el portaobjetos y sacó, únicamente con el dedo índice extendido, un shuriken. Lo lanzó al aire, apenas unos centímetros, y el dedo índice de su mano derecha lo cazó al vuelo, introduciéndose por el orificio. Entonces se ladeó ligeramente y, con la habilidad del mejor malabarista, realizó un movimiento seco y fuerte, pasando el brazo tras la cadera y realizando un lanzamiento “desde atrás”.
Alguno pensaría, dada su reputación, que intentaba pavonearse. Simplemente fanfarronear de su destreza. Pero, más bien, lo que buscaba era picar a Etsu. Sacarle de sus casillas. Eso, y tantear sus reflejos.
El shuriken voló hacia el Etsu callado, de menor chakra y poder. Para el Estu de verdad, en cambio, no se conformaría con semejante nimiedad. Esta vez llevó la zurda al pecho, cerrada con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos. Tal era la emoción. Y del pecho, extrajo un shuriken a la altura del kusareño. Un jodido Dai Shuriken, que lanzó inmediatamente al kusareño. Esta vez sin artificios. Esta vez sin tonterías. La gigantesca estrella metálica voló, en horizontal, buscando separar las piernas de Etsu de su torso.
«Luchemos y todo eso, pues».
—¿Envenenarle, apuñalarte? Me da que te has fumado un buen puñado de yerba, compañero. Lo cual explicaría la máscara —se burló, sin devolver el sello de confrontación. No a él.
Su zurda rebuscó en el portaobjetos y sacó, únicamente con el dedo índice extendido, un shuriken. Lo lanzó al aire, apenas unos centímetros, y el dedo índice de su mano derecha lo cazó al vuelo, introduciéndose por el orificio. Entonces se ladeó ligeramente y, con la habilidad del mejor malabarista, realizó un movimiento seco y fuerte, pasando el brazo tras la cadera y realizando un lanzamiento “desde atrás”.
Alguno pensaría, dada su reputación, que intentaba pavonearse. Simplemente fanfarronear de su destreza. Pero, más bien, lo que buscaba era picar a Etsu. Sacarle de sus casillas. Eso, y tantear sus reflejos.
El shuriken voló hacia el Etsu callado, de menor chakra y poder. Para el Estu de verdad, en cambio, no se conformaría con semejante nimiedad. Esta vez llevó la zurda al pecho, cerrada con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos. Tal era la emoción. Y del pecho, extrajo un shuriken a la altura del kusareño. Un jodido Dai Shuriken, que lanzó inmediatamente al kusareño. Esta vez sin artificios. Esta vez sin tonterías. La gigantesca estrella metálica voló, en horizontal, buscando separar las piernas de Etsu de su torso.
«Luchemos y todo eso, pues».
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado