Nuevas heridas, nuevos conocidos

[Tsukisame Takumi]

—¡Eso es maravilloso, Takumi! —Le felicitó mientras le agarraba las manos alegremente y el marionetista se sonrojó un poco. —Seguro que en poco lo vas dominando, ¡ya verás! ¡Yo confío en ti!

Pese a la leve mejora del genin la pelirroja también se alegró por ello, lo que hizo que aquel avance le supiera a algo más al joven del desierto. Le dio un suave apretón de manos y se alejó de el mientras le daba un gesto de aprobación levantando el pulgar.

—Yo también voy a entrenar, hoy me tocan técnicas defensivas. —Dijo con tesón. —¡Vamos a ello!

Le llamaba mucho la atención que tipo de técnicas podrían tener los shinobis y kunoichis de más alto nivel de la Aldea, la de cosas que se imaginaba que podían hacer era espectacular. Había entrenado mucho tiempo con Junko-sensei, pero no le había visto hacer más que justsus de academia y alguna técnica muy básica de Raiton.

La jōnin entonces se puso a una distancia de seguridad de Takumi y realizó una serie de sellos. Instantáneamente de su espalda salieron gran cantidad de cadenas de chakra, envolviéndola. «¡WOW!» Y las estas desaparecieron al poco. Los ojos del kazejin estaban como platos.

—Cachis... —No parecía muy contenta con el resultado.

—¡Por el mismísimo Rikudō Sennin, eso ha sido espectacular! —Exclamó aún sorprendido. —¿Has sacado cadenas de chakra puro? ¿Qué ha sido eso exactamente?

Pese al perceptible descontento de la Uzumaki al de gafas le había fascinado aquel despliegue de medios, cosa que se notaba en el brillo de sus ojos, no había visto nunca nada semejante.