5/05/2020, 20:46
No eran sino los gemelos Yuki —Yuko y Yuji— quienes aguardaban tras el mostrador. En principio no prestaron más atención a los dos genin que para darles su paga y sellarles el pergamino de misión con la etiqueta de "éxito", pero cuando Kisame empezó a hablar sobre unas cajas con material extraño y posiblemente ilegal, los muchachos levantaron la cabeza como conejos al oír a un depredador. La luz roja más clara no fue esa, no obstante, sino lo que decía aquel genin: Momochi Ebisu, el chūnin más vago de toda la Aldea, se había desviado de la misión para investigar por voluntad propia. ¡Eso sí que era algo inesperado!
—Joder, si el pedazo de vago de Ebisu-san se ha tomado tantos esfuerzos, debe ser que ha olido algo gordo —terció Yuko, ¿o tal vez era Yuji?
—Y que lo digas, hermano —le respondió Yuji, ¿o quizás era Yuko?—. Genin-san, deberías hacer un informe. Seguro que Arashikage-sama va a querer tener este asunto controlado.
—Joder, si el pedazo de vago de Ebisu-san se ha tomado tantos esfuerzos, debe ser que ha olido algo gordo —terció Yuko, ¿o tal vez era Yuji?
—Y que lo digas, hermano —le respondió Yuji, ¿o quizás era Yuko?—. Genin-san, deberías hacer un informe. Seguro que Arashikage-sama va a querer tener este asunto controlado.