6/05/2020, 17:15
Eri se vio arrollada por el delfín y se vio arrastrada varios metros por la riada de agua liberada con el impacto. Pero la kunoichi no iba a rendirse así como así y, después de recuperar el equilibrio utilizando sus curiosas cadenas de chakra, y dispuesta a seguir dando lo máximo de sí; entrelazó las manos en varios sellos y lanzó una oleada de agujas cargadas con electricidad hacia delante, atravesando la niebla paralelas al suelo, pero sin encontrar nada a su paso. Parecía que Ayame no estaba allí.
Y entonces la de Uzu pudo escuchar un nuevo canturreo desde lo alto, desde el mismo lugar donde había aparecido el delfín de agua. Un canturreo prolongado en el tiempo, una melodía sin letra que se vio acompañada por el silbido de un kunai que se dirigía a toda velocidad hacia su torso.
Y entonces la de Uzu pudo escuchar un nuevo canturreo desde lo alto, desde el mismo lugar donde había aparecido el delfín de agua. Un canturreo prolongado en el tiempo, una melodía sin letra que se vio acompañada por el silbido de un kunai que se dirigía a toda velocidad hacia su torso.