6/05/2020, 19:32
Ranko ya extrañaba sus ropas normales de entrenamiento, y fue un alivio vestirlas de nuevo. A pesar de que el uniforme que su hermana le había diseñado era, en realidad, bastante cómodo, no podía evitar sentirse abrumada. Sentía que resaltaba mucho, en especial con el kamon de la familia Sagisō en el pecho.
—Parezco una especie de superhéroe de historietas. De ésos que forman un grupo con código de color. Y yo soy la Heroína de Poder Blanca. Suena genial, pero… No sé, me incomoda. —le había comentado a Kuumi.
—Bueno —Kuumi puso los ojos en blanco —. Ya tengo tus uniformes para todo el torneo, ¡y prometiste ayudarme a modelar mi línea! Así que… ¿podrías usarlo el resto del evento? —El tono de la pelirroja era más suplicante que exigente, y Ranko no pudo negarse.
—E-está bien…
—¡Eres la mejor, Ran-chan! ¡Cuando acabe te diseñaré un atuendo diferente! ¡Tú me dirás el estilo que te gusta! Es más: hagamos investigación de mercado.
—¿Ah?
—¿Por qué no vas de compras? Consíguete algunas prendas monas, que te agraden a ti. ¡Y yo las usaré como base para tu estilo! ¡El estilo de Hakuto! Tus ropas de siempre, pues… Ya perdieron algo de fuego.
—Bue- ¿espera, qué?
—¡Luego podemos salir a celebrar con una parrillada!
Y así, la Kusajin se vio dando vueltas por Sendōshi, hasta toparse con Benri-ya. A diferencia de la primera ronda del día anterior, Ranko portaba su pantalón oscuro de artes marciales, y una blusa verde sin mangas, tan común como su trenza, la cual seguía ornamentada con la serie de trenzas pequeñas en el frente de su cabellera. Tenía también vendas alrededor del antebrazo izquierdo, así como alrededor del hombro derecho y cuello. Ella se sentía bien, pero su madre había insistido en que se mantuviera vendada.
Ver a toda la gente le dio un tirón en el estómago. Si bien la tienda no estaba abarrotada, un pequeño puñado de clientes era suficiente para ponerla nerviosa.
”Ya has ido de compras, Ranko. Recuerda: repite ‘sólo estoy viendo’ a los vendedores hasta que en realidad encuentres algo que te gusta.”
Apenas poner un pie, una de las dependientas le dio la bienvenida.
—¡Sóloestoyviendo!
”DIANTRES. A ella era ‘Buenos días’ nada más, ¿no? CIELOS, RANKO.”
Se corrigió con una rápida y sonrojada reverencia ante la mujer, que no parecía nada molesta.
Al adentrarse más al local, Ranko vio a alguien que conocía. Alguien que no veía desde hacía poco menos de un año. Una chica linda, de cabellos oscuros y una luna en la frente. Ranko sonrió sin querer, acercándosele a pasos tímidos.
—A… ¿Aotsuki Ayame-san?
—Parezco una especie de superhéroe de historietas. De ésos que forman un grupo con código de color. Y yo soy la Heroína de Poder Blanca. Suena genial, pero… No sé, me incomoda. —le había comentado a Kuumi.
—Bueno —Kuumi puso los ojos en blanco —. Ya tengo tus uniformes para todo el torneo, ¡y prometiste ayudarme a modelar mi línea! Así que… ¿podrías usarlo el resto del evento? —El tono de la pelirroja era más suplicante que exigente, y Ranko no pudo negarse.
—E-está bien…
—¡Eres la mejor, Ran-chan! ¡Cuando acabe te diseñaré un atuendo diferente! ¡Tú me dirás el estilo que te gusta! Es más: hagamos investigación de mercado.
—¿Ah?
—¿Por qué no vas de compras? Consíguete algunas prendas monas, que te agraden a ti. ¡Y yo las usaré como base para tu estilo! ¡El estilo de Hakuto! Tus ropas de siempre, pues… Ya perdieron algo de fuego.
—Bue- ¿espera, qué?
—¡Luego podemos salir a celebrar con una parrillada!
Y así, la Kusajin se vio dando vueltas por Sendōshi, hasta toparse con Benri-ya. A diferencia de la primera ronda del día anterior, Ranko portaba su pantalón oscuro de artes marciales, y una blusa verde sin mangas, tan común como su trenza, la cual seguía ornamentada con la serie de trenzas pequeñas en el frente de su cabellera. Tenía también vendas alrededor del antebrazo izquierdo, así como alrededor del hombro derecho y cuello. Ella se sentía bien, pero su madre había insistido en que se mantuviera vendada.
Ver a toda la gente le dio un tirón en el estómago. Si bien la tienda no estaba abarrotada, un pequeño puñado de clientes era suficiente para ponerla nerviosa.
”Ya has ido de compras, Ranko. Recuerda: repite ‘sólo estoy viendo’ a los vendedores hasta que en realidad encuentres algo que te gusta.”
Apenas poner un pie, una de las dependientas le dio la bienvenida.
—¡Sóloestoyviendo!
”DIANTRES. A ella era ‘Buenos días’ nada más, ¿no? CIELOS, RANKO.”
Se corrigió con una rápida y sonrojada reverencia ante la mujer, que no parecía nada molesta.
Al adentrarse más al local, Ranko vio a alguien que conocía. Alguien que no veía desde hacía poco menos de un año. Una chica linda, de cabellos oscuros y una luna en la frente. Ranko sonrió sin querer, acercándosele a pasos tímidos.
—A… ¿Aotsuki Ayame-san?
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