7/05/2020, 23:06
El sonoro portazo de Hana hizo que Ren se amedrentara, encogiéndose repentinamente de brazos cuando la puerta se cerró.
— Tsss... Pero que mal genio tiene...
Y tras ello prosiguió a llenar sus nuevos cajones con la ropa que tenía a mano. Todavía faltaba mucha en su antigua casa; además de otras pertenecías. Dio un largo y pausado vistazo a la habitación una de las veces que recogió parte de sus prendas; no era excesivamente grande, y todavía seguía el problema de la cama. Necesitarían otra para dormir ambas y no era capaz de hacerse a la idea de donde meter sus pertenencias; igual era momento de dejar alguna de ellas atrás, y dejar de seguir tan anclada en el pasado.
Minutos más tarde, apareció por la puerta de la cocina dispuesta a comer cualquier cosa que le hubieran preparado. Tampoco tenía mucho apetito, tenía el cuerpo bastante cortado, ya que la situación era algo incomoda. Los padres de ambas estaban encantados los unos con el otro, y de la misma forma con las hijas de los respectivos, pero para ambas hermanas la situación seguía siendo algo violenta. Su pijama era de un color azul apagado por el tiempo y a excepción de unas olas dibujadas en el final de las extremidades, similar a la gran ola de Kagawa, no destacaba en exceso. Retiró en peso la silla, y después se sentó, observando como se terminaba de desarrollar la cena.
— Tsss... Pero que mal genio tiene...
Y tras ello prosiguió a llenar sus nuevos cajones con la ropa que tenía a mano. Todavía faltaba mucha en su antigua casa; además de otras pertenecías. Dio un largo y pausado vistazo a la habitación una de las veces que recogió parte de sus prendas; no era excesivamente grande, y todavía seguía el problema de la cama. Necesitarían otra para dormir ambas y no era capaz de hacerse a la idea de donde meter sus pertenencias; igual era momento de dejar alguna de ellas atrás, y dejar de seguir tan anclada en el pasado.
Minutos más tarde, apareció por la puerta de la cocina dispuesta a comer cualquier cosa que le hubieran preparado. Tampoco tenía mucho apetito, tenía el cuerpo bastante cortado, ya que la situación era algo incomoda. Los padres de ambas estaban encantados los unos con el otro, y de la misma forma con las hijas de los respectivos, pero para ambas hermanas la situación seguía siendo algo violenta. Su pijama era de un color azul apagado por el tiempo y a excepción de unas olas dibujadas en el final de las extremidades, similar a la gran ola de Kagawa, no destacaba en exceso. Retiró en peso la silla, y después se sentó, observando como se terminaba de desarrollar la cena.